sábado, mayo 26, 2007

SOCIALISMO Y RCTV

El cierre de RCTV –mediante la no renovación de su concesión- reafirma la contradicción antagónica entre los principios democráticos y, la “elite socialista” que se ha apoderado del Estado venezolano. En ese contexto, RCTV constituye además de un patrimonio histórico-cultural del país, representa un pivote fundamental del periodismo independiente y crítico, en un momento en que el sistema de libertades ciudadanas se encuentra bajo el acoso asfixiante del socialismo bolivariano.

Con la eliminación del canal 2, el gobierno socialista ha dado un paso importante para el establecimiento de un domino comunicacional e informativo en Venezuela. De esta forma, busca alcanzar tres objetivos políticos, muy importantes para sus intereses; a saber: i) reducir la vigilancia y el control de la opinión pública sobre su gestión; ii) restringir el acceso de los líderes democráticos a los medios de comunicación; y, iii) ampliar el margen de manipulación propagandística al proyecto revolucionario.

Para un régimen con aspiraciones de perpetuarse en el tiempo, el control y el sometimiento de los medios de comunicación de masas; y la restricción del ejercicio de los derechos humanos asociados a los mismos, resultan asuntos estratégicos. En otras palabras, para el autoritarismo, el control de la información y la restricción progresiva de las libertades públicas constituyen una regla de oro.

Por otra parte, en el caso venezolano, el cierre de un canal independiente como RCTV, coloca de nuevo sobre la mesa el debate en torno a la incompatibilidad del socialismo con la libertad y los derechos humanos. Y es que en efecto, la experiencia histórica nos señala que los modelos socialistas emprendidos en Asia, Europa y América Latina estuvieron signados por la opresión de una “elite revolucionaria” sobre el resto de la sociedad. En tal sentido, y en su debido momento regímenes como el Soviético, el de China comunista, el socialista de Cuba, el socialista de Corea del Norte o la experiencia del Khmer Rouge en Camboya recibieron serios señalamientos por la censura, la persecución, detención indebida y desaparición de disidentes. Bajo esas experiencias revolucionarias, la violación de los derechos humanos se hizo una práctica recurrente. Pero lo peor de esos casos fue que, las atrocidades políticas que se cometieron se hicieron en nombre de un “hombre nuevo” y un “mundo mejor”.

No obstante, en el campo socialista latinoamericano hubo avances importantes. De hecho, nace un pensamiento anti-imperialista, de izquierda y social-demócrata latinoamericano de manos del líder peruano Haya de la Torre, y con aportes del mismo Rómulo Betancourt. Más adelante, la izquierda latinoamericana se deslinda de los partidos comunistas y de la Internacional Comunista, sometidos durante décadas a la voluntad del Kremlin. Así mismo aparecen otras vertientes ideológicas progresistas como la llamada “Teología de la Liberación” en Brasil. La fallida experiencia del Presidente Salvador Allende en Chile, fue una muestra de los avances de una izquierda renovada y democrática, con ambiciones de romper los viejos paradigmas totalitarios del conocido “socialismo real”. En síntesis, en Suramérica (salvo el caso cubano) se desarrolló un pensamiento de izquierda autónomo, y muy diferente a los viejos modelos estalinistas y maoístas, europeos y asiáticos.

En Venezuela, ocurrió igual. Antes que nada hay que reconocer que los socialistas han formado parte de la historia de este país. Por supuesto, no como supone el régimen chavista afirmando que nuestro Libertador Simón Bolívar era socialista. No, esa afirmación del oficialismo es simplemente una especie de “ardid publicitario” para mercadear mejor su propuesta ante el pueblo venezolano. Nada más.

Salvador de Plaza, con su Partido Revolucionario del Proletariado (PRP), fue uno de los pioneros del pensamiento marxista-leninista en el país, cuestión que ignoran al parecer los ideólogos del oficialismo. También encontramos a los hermanos Machado: Gustavo y Eduardo, fundadores del Partido Comunista de Venezuela (PCV); junto con otros notables intelectuales. Cabe agregar que los comunistas criollos, a pesar de su debate constante con Acción Democrática (su gran rival ideológico durante años), se mantuvieron al lado de las luchas democráticas; como por ejemplo, lo demuestra su enfrentamiento contra la dictadura militar del General Marcos Pérez Jiménez.

Pero escribía que, en Venezuela al igual que en el resto de Suramérica hubo una renovación ideológica y política dentro de las filas socialistas. Y es que luego, del estrepitoso fracaso de la “lucha armada” emprendida por al izquierda venezolana durante la década de los años sesenta, se produjo en distintos tiempos y con diversidad de opiniones una recomposición de ese sector. Los desaparecidos Alfredo Maneiro (La Causa Radical) y Moisés Moleiro (Movimiento de Izquierda Revolucionaria); por una parte y, Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff (ambos PCV y luego Movimiento al Socialismo) y Américo Martín (Movimiento de Izquierda Revolucionaria, luego Nueva Alternativa); entre otros, impulsaron un amplísimo movimiento de reflexión y renovación del socialismo venezolano buscando su relanzamiento con base al rescate de los valores de la democracia, la libertad y la paz. De manera pues, que en nuestro país los socialistas produjeron una ruptura con las posiciones más oscuras del “socialismo real” y del totalitarismo.

Al margen de todo esto, el “socialismo bolivariano” que hoy se impone en Venezuela también ha realizado su deslinde. Pero un deslinde que nada tiene que ver con los avances y las experiencias producidas en nuestro continente ni con los aportes que brindaron algunos pensadores socialistas venezolanos para reconducir la utopía del mundo nuevo, del mundo mejor por los senderos de la democracia. Nada que ver.

Este “socialismo del siglo XXI” –y que de paso en nada se relaciona con El Libertador Simón Bolívar- sólo nos muestra la concreción del discurso intolerante, de la confrontación entre venezolanos, del irrespeto al derecho ajeno, que no admite críticas y que se recrea con la intimidación y el sometimiento del “contrario”. Este es un “socialismo reaccionario”, para el cual es inaceptable la existencia de la diversidad y pluralidad de opiniones, mensajes y contenidos. Para este socialismo, lo único permisible es la imposición hegemónica de una visión de la vida, del mundo y del país. Craso error.

A partir del 28 de Mayo, un nuevo ciclo político se abre. Una nueva etapa cuyas bases serían el autoritarismo y la represión discrecional e ideológico-política de cualquier factor o sector social que manifieste un pensamiento alternativo, autónomo, crítico y plural.

También el 28 de Mayo surgirá la bandera de lucha más poderosa que hayan tenido en los últimos tiempos los sectores democráticos venezolanos. Esa bandera será RCTV, ahora convertida en un nuevo símbolo de libertad y de democracia.

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