lunes, julio 09, 2007

EL DESFILE COMUNAL

La participación en el desfile del “5 de Julio” de un grupo de tres mil miembros de consejos comunales, con sus respectivas banderitas rojas nos lleva a otros desfiles. Uno de ellos, es el desfile de las propuestas oficiales; en torno a qué hacer con los consejos comunales. Otro desfile, es aquel de los padecimientos vecinales, populares y comunitarios que aún no encuentran la respuesta a sus problemas en esas instancias.

En días pasados, -y ante un grupo de expertos académicos- sostenía que la creación de los consejos comunales es un “éxito gubernamental”. Y los consejos comunales son un “éxito oficial”, porque con ellos había logrado involucrar a todas las comunidades del país (ricas, medias y pobres) a la discusión del tema de la organización y de la participación ciudadana: ¿sabía usted que, en zonas tan disímiles del Área Metropolitana de Caracas como el Country Club, La Lagunita o Prados del Este; y Catia, El Valle o Petare hay consejos comunales organizados? En realidad, sería mezquino y de una miopía política muy grande desconocer la trascendencia que esta propuesta tiene en la población. Pero hasta allí.

Ante el desarrollo de los consejos comunales, el gobierno ha demostrado una notable incapacidad. Y esto también es innegable. Con estos consejos se ha querido hacer de todo; lo que demuestra la confusión conceptual que domina al “núcleo directivo” de la revolución venezolana, en relación al tema. El desfile comunal de propósitos revolucionarios comienza con la oferta de crear un “poder comunal” que, según el Presidente Chávez sustituiría la propuesta liberal de Estado basada en Montesquieu. Por supuesto, que hay otros propósitos que varían; según el vocero oficialista de turno. Así comienza un desfile de propósitos comunales que van desde la eliminación de gobernaciones, alcaldías, asambleas legislativas y concejos municipales; y luego pasa por prestar auxilio al Servicio Nacional de Administración Tributaria (SENIAT) en la recaudación impositiva, por la lucha contra el acaparamiento de productos regulados, por la participación en la reserva nacional y la organización de policías comunales; además de involucrarse en la elaboración de planes y proyectos comunitarios; así como en la administración de centros de telecomunicaciones, la atención a la niñez y a la adolescencia, la vinculación con el servicio comunitario de los estudiantes de educación superior; y últimamente por la participación en el registro electoral, en la formulación de leyes por delegación de la Asamblea Nacional y, en el impulso de la economía comunal. Pero de este largo desfile quizás el propósito más claro, no sea otro que establecer un esquema de gestión concentrada y centralizada a los designios de la Presidencia de la República.

Hay otro desfile. Este se realiza a diario, en el seno de las comunidades que perciben y sienten que los consejos comunales no están resolviendo sus problemas; asemejándose más bien a una oferta engañosa, sobre la participación popular. Y es que la burocracia pública (en todos sus niveles y modalidades) no atiende con eficacia ni con eficiencia las solicitudes y propuestas presentadas por los consejos comunales. Por otra parte, los programas de adiestramiento impulsados son insuficientes y en ocasiones generan confusión entre los participantes. Por si fuera poco, las diferentes facciones del oficialismo, se disputan y sabotean la creación, la organización y el registro de los consejos comunales. Hace poco en Maracaibo, en el municipio San Francisco –y luego de una reunión de trabajo sobre el tema- se acercó un vecino muy molesto y angustiado porque sentía que como vocero de un consejo comunal que por su trabajo no recibía reconocimiento alguno. El vocero reclamaba –y no sin cierta razón- que él desempeñaba actividades correspondientes a funcionarios locales y regionales, a cambio de nada. Hay cansancio en la población. Los problemas de alumbrado, de cloacas, de vivienda, de recolección de desechos sólidos, de vialidad y de transporte siguen siendo los mismos; mientras la agenda del gobierno va por otro lado, lejos del sentir popular. No hay encuentro entre estos desfiles comunales.

Es por eso que, la participación de tres mil voceros de consejos comunales en el desfile del “5 de julio” puede ser un presagio; de la inminente realización de otros desfiles pero no para alabar a un proceso o rendir culto a una personalidad. No nada de eso. Es probable que se produzcan desfiles comunales para algo mucho mejor; como pelear por el derecho al mejoramiento de las condiciones ambientales y de la calidad de vida de las comunidades más deprimidas; así como para exigir resultados de la gestión de las autoridades públicas. Ya vendrá ese desfile comunal que demande una auténtica participación popular basada en la autonomía, la inclusión y la pluralidad.

No hay comentarios.: