domingo, octubre 07, 2007

EN EL DIARIO "TAL CUAL" EL JUEVES 4 DE OCTUBRE 2007

Día a día
Misión Chávez


Para el analista Miguel González Marregot, con la reforma constitucional las misiones quedan a discrecionalidad de Chávez. El politólogo Ricardo Sucre cree que los programas sociales se convertirán en mecanismos electoralistas

Carlos Crespo

Pese a lograr en sus inicios atender algunas de las necesidades más básicas de los sectores populares, las misiones han venido padeciendo un progresivo proceso de desgaste y su transformación en meras estructuras clientelares, de acuerdo con el analista social Miguel González Marregot y el politólogo Ricardo Sucre, quienes estiman que esta tendencia se consolidará de aprobarse la reforma constitucional propuesta por el presidente Chávez.

Para González Marregot, la modificación del artículo 141 de la Constitución Nacional incurre en un error conceptual al tratar de separar “las administraciones públicas burocráticas o tradicionales” de “las misiones” : “Uno de los grandes aportes de Max Weber fue establecer que toda administración pública es burocrática per se”, argumenta el analista, quien agrega que brindar asistencia social a los más desfavorecidos no tiene nada de extraordinario: “Es una función clásica del Estado”.

González además advierte que el texto presentado por el primer mandatario el pasado 15 de agosto le otorga una excesiva discrecionalidad al Ejecutivo cuando establece que este podrá aplicar “sistemas excepcionales, e incluso, experimentales” en la administración de los programas sociales.

Consultado sobre si este artículo protegía al presidente Chávez del control fiscal de la administración pública, aseguró que aunque el artículo es bastante ambiguo: “ningún funcionario puede quedar libre de ese control. Que intente hacerlo es otra cosa”.

González aclara que el establecimiento de programas sociales para atender a los más necesitados es inobjetable; sin embargo, considera que el Gobierno ha intentado establecer las misiones como escenarios para la partidización y la obtención de lealtad política.

Por su parte, el politólogo Ricardo Sucre alega que desde hace un buen tiempo las misiones perdieron “la magia” que las caracterizó en sus inicios y que con la aprobación de la reforma constitucional esta tendencia se consolidaría: “Quedarían como una estructura más de la administración pública”.

No en vano, agrega, estos programas sociales aparecieron como una “fuerza emancipadora” que permitía la redistribución de las oportunidades en los sectores populares: “Hoy parecen quedar como meros mecanismos de clientelismo político”, advierte.

Asimismo, para este politólogo es necesario señalar que aunque el Gobierno nacional ha creado más de 20 programas de asistencia social, tan sólo unos tres (Barrio Adentro, Mercal y Robinson) han tenido un impacto importante en la opinión pública. “La efectividad de las demás misiones es bastante cuestionable”, asevera.

González Marregot coincide con esta explicación y señala que las constantes protestas en reclamo de reivindicaciones sociales son la mejor muestra de que programas como la misión Villanueva no han tenido el éxito anticipado por el Gobierno.

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