lunes, noviembre 26, 2007

AL CIERRE DE LA CAMPAÑA




El referendo constitucional del próximo 2 de Diciembre es un evento electoral; es decir, el referendo se definirá mediante el sufragio. No se ganará mostrando encuestas por la televisión, ni tampoco haciendo llamados a la abstención. La decisión de aprobar o no, la propuesta de reforma constitucional –a pesar del ventajismo gubernamental y de la cuestionada imparcialidad parcialidad del Consejo Nacional Electoral-, dependerá del número de votos contabilizados para cada una de las opciones que rivalizan en la consulta electoral. Por lo tanto, hay que salir a votar.

En una circunstancia electoral como la que vivimos, las posibilidades de victoria de asientan en buena parte en la capacidad de organización y movilización popular que tengan los factores en competencia. El gobierno ha puesto en marcha de nuevo, un gigantesco operativo financiero y propagandístico para mover a su seguidores y a su clientela natural. La oposición hace lo mismo, con muchos menos recursos; pero con una fuerte convicción moral y, esa convicción moral libertaria se convierte en un agregado político importante y, hasta decisivo.

Una derrota de la propuesta oficial no significa la salida ni el fin del gobierno del Presidente Chávez. El actual Presidente de la República continuaría en ejercicio gubernamental hasta el año 2012, cuando le tocaría entregar el poder a un nuevo gobernante surgido de elecciones directas, universales y secretas; de acuerdo a lo establecido en la Constitución Bolivariana de 1999 (todo esto después de trece años de gobierno). La derrota de la propuesta oficialista también se traduciría en la relegitimación de las condiciones democráticas vigentes en la actualidad en Venezuela. También implicaría algo fundamental y extremadamente importante, como lo es la restitución del equilibrio democrático perdido en el país en los últimos ocho años. Hay que ir a sufragar.

Una eventual derrota de la oposición en el referendo del 2 de Diciembre tendría por supuesto, amplias repercusiones en la vida de todos los venezolanos y venezolanas. El gobierno ya ha anunciado la implementación de un “tsunami legal” con la aprobación de unas cien leyes aprovechando la habilitación legislativa que le otorgó la Asamblea Nacional y consolidar el nuevo Estado socialista. Sin embargo, aún en este caso la situación no será fácil para el oficialismo. Este deberá entender y asimilar obligatoriamente, que pese a una victoria tendrá frente sí a una considerable porción del país que no votó ni comparte un proyecto basado en la exclusión y en el pensamiento único. En este escenario, la oposición venezolana se hallaría obligada con más razón, a sobreponerse con celeridad y actuar en defensa de los sectores democráticos del país.

La presión que genera la incertidumbre sobre el resultado electoral del próximo 2 de Diciembre se nota en los voceros oficialistas. El discurso gubernamental se ha tornado más agresivo y se ha encasillado en la amenaza y el insulto. Se trata de intimidar a todo aquel venezolano o venezolana que no suscriba o critique el pensamiento, o que evalúe críticamente las ejecutorias gubernamentales. Así, voceros de la iglesia, de los estudiantes, de los periodistas y de los artistas son catalogados de enemigos o de cualquier otro epíteto insultante, con tal de acallar su opinión disidente. ¿Acaso, será este el preludio de la democracia socialista que se nos promete con la reforma?

La oposición venezolana –deslastrándose de alguna manera, de anteriores errores políticos- se ha concentrado en movilizarse por el país explicando la reforma; y además, exigiendo en forma pública y notoria el debido cumplimiento de los mandatos legales vigentes en esa materia. Por ello ha acudido ante las instancias jurisdiccionales competentes para presentar formalmente sus legítimas aspiraciones y reclamos; aunque no se espera que las acciones de carácter legal resulten favorables.


Un elemento adicional –y profundamente crítico- al proceso de consulta electoral viene dado por los nuevos y más recientes tropiezos que ha sufrido el gobierno en el plano internacional. No cabe duda que, con el anunciado congelamiento de las relaciones diplomáticas con España y con los señalamientos al Presidente Uribe y la congelación de las relaciones con Colombia, el gobierno intente matizar las tendencias y el clima electoral que hoy predomina en Venezuela.

El bloque oficialista acude a la consulta electoral dividido y sin tener todas las variables políticas bajo su total control, como en otras ocasiones. Su oportunidad de triunfo se reduce a la identificación de la propuesta de reforma con el liderazgo del Presidente Chávez. Nada más, no tiene otra opción. La entrevista realizada la pasada noche del Domingo 25 de Noviembre (transmitida por canales estatales y la mayoría de emisoras privadas) al presidente Chávez en el Palacio de Miraflores, es un claro indicativo de la fragilidad conque el gobierno autoevalúa su participación en el referendo.

El bloque opositor (integrado por una diversidad de movimientos sociales independientes, gremios, sindicatos, partidos políticos democráticos y, últimamente por una parte de la disidencia del “chavismo”) asiste al evento comicial un tanto más organizado que en oportunidades anteriores, con objetivos políticos más transparentes y con más entusiasmo. No sabemos si esto será suficiente para que alcance la victoria. De lo que sí tenemos certeza, es que iremos a votar.

jueves, noviembre 22, 2007

EN EL DIARIO "TAL CUAL": CONSEJOS POLICIALES

Carlos Crespo
(16 de noviembre 2007)

"Yo no quiero meterme en problemas", esa es la respuesta que da Judith Sabalta cuando se le consulta acerca de los comités de Seguridad y Defensa de los consejos comunales, encargados de resguardar la seguridad de la comunidad, tanto de la delincuencia como de posibles (o imposibles) invasiones externas. Sin embargo, como bien lo dice esta dirigente del barrio Hoyo de la Puerta, a las personas que viven en los sectores populares no les entusiasma mucho la idea de convertirse en delatores de los azotes de barrios.

Sabalta explica que en el consejo comunal de su barrio la conformación del comité de Seguridad y Defensa fracasó. Primero se le asignó la tarea a un hombre de 75 años y luego a un joven "con muchas enfermedades"; por supuesto, ninguno de ellos tuvo mucho éxito en sus funciones y hoy no encuentran a ninguna persona que quiera asumir este rol. Sabalta explica que situaciones similares también se han dado en otros consejos comunales de la zona.

Para el analista social y comunitario Miguel González Marregot, esta es una consecuencia lógica de la complicada situación de inseguridad que se vive en los sectores populares del país: "El tema de ser sapos, de andar persiguiendo a alguien no le agrada mucho a la gente", señala y agrega que varios dirigentes comunales le han expresado preocupaciones similares a las de Sabalta.

Además, este analista considera que el Gobierno deja caer un peso demasiado grande en las comunidades: "Vincularse al tema de la seguridad, cuando el mismo Gobierno no ha podido controlarlo, se le hace muy cuesta arriba a gente que no está preparada para ello", peso que se acrecienta cuando además se le agrega que las comunidades, también, deben responder en el caso de que se produzca una invasión externa. Sin embargo, González hace una acotación sobre esto: "Con lo de la invasión hay mucha manipulación, mucho mito y la gente ya se está dando cuenta", apunta.

Por su parte, el director de Provea, Marino Alvarado, argumenta que las pretensiones del Gobierno con la instauración de estas instancias tienen implicaciones aún más graves: "Lo que se intenta es construir un Estado policial, en el que se convierte al ciudadano en un policía que vigila a sus vecinos, amigos y compañeros", lo que tendría graves consecuencias, sobre todo si se considera la polarización en la que está sumergida Venezuela desde hace varios años.

Para Alvarado, estas instancias distorsionan lo que son las verdaderas funciones de las organizaciones sociales: "Le estás dando a los consejos comunales una responsabilidad que es del Estado, que es el que debe tener el monopolio de las armas" y agrega que, junto con otras instancias como las cooperativas, los consejos obreros, estudiantiles, entre otros, el verdadero propósito del Gobierno es crear una especie de red de inteligencia social que vigile cualquier comportamiento "sospechoso" (disidente): "Esto seguramente también afectará a la gente del mismo gobierno".

martes, noviembre 20, 2007

LA HORA DEL REFERENDO



El momento del referendo constitucional se aproxima cada vez más; aunque sin una definición clara. El gobierno está consciente de ello y, de sus posibilidades de derrota. Del otro lado, la oposición pareciera que aún no cree en las considerables oportunidades de victoria que ha venido construyendo con tesón y demostrando su fuerza y capacidad de movilización popular. Las cartas están echadas, las cartas están sobre la mesa; y, no hay vuelta atrás.

La aceptación popular de la propuesta de reforma constitucional ha sido precaria. Su autoritarismo originario, la manipulación política impulsada desde la Asamblea Nacional y, la violencia propiciado por el mismo gobierno han signado su rechazo popular. En tal sentido, el oficialismo ha comenzado a mover sus fichas. El Presidente realiza de nuevo, visitas puntuales a determinados estados del país montando su “camioncito rojo”. Y aprovecha para reiterar en forma amenazante que: “votar por el NO es votar contra Chávez”.

Como complemento, la burocracia pública también se mueve buscando apoyos electorales. Para ello ofrece recursos a los consejos comunales o implementa operativos asistenciales en los sectores populares. Un detalle adicional, es la “presión sutil” que ya se ejerce sobre la nómina de empleados públicos -y que alcanzaría el millón doscientos mil de trabajadores-, a los cuales se les recuerda la conveniencia de votar en favor de la propuesta de reforma. En síntesis, se trata de conseguir los votos a como de lugar.

Hay voceros gubernamentales que se han desmedido en su discurso de apoyo al proyecto de reforma constitucional. Y en efecto, la amenaza y la intimidación se incorporaron como argumento frente a las críticas formuladas por la oposición. Expresiones como: “ya sabemos donde están” o “los iremos a buscar por oponerse a la reforma” son los nuevos razonamientos para un oficialismo que carece de respuestas asertivas en la discusión planteada. En realidad, lo que ocurre es que el gobierno siente que perdió el debate sobre la reforma constitucional en el ámbito de la opinión pública. Y esa sensación de la derrota gubernamental se traduce en amenazas, manifestaciones de violencia y represión política. Así de sencillo.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) es una pieza vital en este proceso de referendo. Formalmente es la institución que rige el proceso de consulta. Sin embargo, en Venezuela nadie apuesta por la imparcialidad de ese Consejo Nacional Electoral. Es público y notorio para afectos y desafectos al proceso revolucionario que la conformación del CNE, obedece y responde al proyecto del Gobierno Nacional. Y de hecho, sus últimas actuaciones parecieran más bien dirigidas a silenciar a la oposición que a garantizar la realización de una consulta popular confiable, responsable y transparente. El Consejo Nacional Electoral se encuentra en la obligación ética y moral de expresar en forma pública y notoria (nacional e internacionalmente) que reconocerá los resultados electorales en caso de una victoria del “NO”. En el país nadie duda que ese reconocimiento ocurriría –y con rapidez- si el factor SÍ obtuviera el triunfo. Pero en caso contrario, hay un inmenso océano de incertidumbre. En tal sentido, el tribunal electoral venezolano tiene la obligación ineludible de emitir una declaración donde exprese que reconocerá y avalará una ganancia electoral del bloque del “NO”.

En igual situación, queda ubicado el Gobierno Nacional. Para el país, lo más recomendable sería que las autoridades públicas nacionales – y fundamentalmente el Presidente de la República- emitieran una posición similar; es decir, aquella de reconocer en el caso de que sucediese una victoria de los factores democráticos. Una declaración de este tenor contribuiría a bajar la presión y a reducir las tensiones políticas que se han venido inculcando en los sectores participantes. La situación de la oposición es un tanto diferente. Ella está constituida por movimientos sociales y populares, que no se encuentran incrustados en la institucionalidad pública, ni poseen armas ni tampoco mando de tropas. Y la oposición, por ejemplo, ya reconoció el triunfo electoral del Presidente Chávez el pasado año. ¿Por qué no habría de hacerlo ahora?

El fenómeno de la abstención sigue vigente. Esta opción política no ha desaparecido. Sólo que en esta oportunidad la abstención afecta las posibilidades de triunfo de los dos factores en disputa. La abstención para los factores sociales que mantienen un apoyo al Gobierno Nacional, podría significar una posibilidad de no romper en forma definitiva este vínculo sin tener que apoyar un proyecto de reforma constitucional que no comparten o al menos no entienden. Además para los sectores populares aún afectos al proceso; así como para todo resto del país, la reforma no resuelve en lo absoluto los problemas de inseguridad, de desabastecimiento, de educación, de salud y de vivienda que conforman una agenda de asuntos pendientes y aún por resolver, después de casi nueve años de gobierno revolucionario.

En la oposición, la propuesta abstencionista ha tenido su fuerza y posicionamiento. De hecho, en otras oportunidades –como en las pasadas elecciones parlamentarias de 2005-, la tesis abstencionista se impuso finalmente y la oposición no concurrió a tal proceso, cediendo la totalidad de los espacios parlamentarios al oficialismo revolucionario. En realidad y de cara al proceso refrendario del 2 de Diciembre, la propuesta abstencionista ha venido perdiendo alguna relevancia política en el seno de la oposición venezolana.

Un elemento crucial en el desarrollo de esta nueva medición de fuerzas será la capacidad de organización popular y de movilización de votantes que, efectivamente tengan los dos bloques enfrentados. Vamos hacia un nuevo estadio de la polarización en esta Venezuela del siglo XXI que no se resolverá con el referendo consultivo del 2 de Diciembre. Y es que por los vientos que soplan, la democracia no se perderá tan fácilmente.

miércoles, noviembre 14, 2007

NOS FREGAMOS TODOS



Si se aprueba la reforma “nos fregamos todos” fue la conclusión que sacaron un grupo de activistas y líder comunitarios oficialistas del área metropolita de Caracas, luego de un taller de análisis sobre el contenido de la propuesta. Y arribar a esa conclusión para ellos no fue fácil. Además fue doloroso. Y les dolió porque el liderazgo del Presidente Chávez, aún sigue vigente en sus sentimientos.

¿Y por qué, nos fregaríamos todos? Por la tendencia hacia la perpetuación en el poder de un hombre, las serias restricciones que en materia de derechos económicos y políticos y, el enorme riesgo de “cubanización” que viene con la propuesta. El venezolano no es tonto, aún participando del PSUV o siendo un anónimo beneficiario de las políticas sociales del proceso. El venezolano chavista ha comenzado a percibir –y a sentir- que el régimen de libertades democráticas, que se sostiene en Venezuela se encuentra amenazado de muerte.

La violencia política que ha envuelto este proceso, la inseguridad que padece la población en general; y, la escasez de alimentos que se muestra cada día más, como una nueva condición de la calidad de vida del pueblo venezolano, se han convertido últimamente en sólidos argumentos disuasivos del apoyo “chavista” a la propuesta reforma constitucional. Y es que al parecer, la fiebre con el “discurso social” del gobierno ha disminuido entre sus seguidores que ya sienten cierto escalofrío ante la posibilidad de instaurar “con su voto” un régimen autoritario, corrupto e ineficaz en el país.

El drama sigue para ellos, porque la ruptura con la reforma constitucional supone la búsqueda de otra referencia ideológica-política. Y esa otro referente ideológico-político no se vislumbra aún consolidado en el panorama político nacional. De allí, que resulte comprensible el desasosiego que predomine en ciertos sectores del oficialismo militante y también de su periferia inmediata.

No se, si las dudas que afloran alrededor de la reforma en el seno del chavismo culminen en un voto castigo contra de la propuesta presidencial, o propiciando una abstención entre el propio oficialismo. Lo que sí aprendí, en ese taller, fue que la frase “nos fregamos todos” nos acercó a compartir incertidumbres y temores y aspiraciones y esperanzas sobre el futuro de Venezuela.
¡NO, A ESA REFORMA CONSTITUCIONAL!

domingo, noviembre 04, 2007

DIPLOMA DE ESTUDIOS SUPERIORES EN "PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA GESTIÓN PÚBLICA LOCAL"

Este lunes 5 de noviembre, a partir de la 5 de la tarde, comienza el Diploma en “Participación en la Gestión Pública Local” en el Centro de Extensión Profesional (CEP) de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

El DEUS en “Participación en la Gestión Pública Local”, esta dirigido especialmente a líderes sociales y comunitarios, a representantes y voceros populares en instancias de participación ciudadana, y funcionarios públicos nacionales, regionales y locales. Tendrá doscientas horas académicas de duración.

Entre sus principales objetivos se encuentran:

• Fortalecer las capacidades gerenciales y operativas de los gobiernos locales, de las entidades no estatales y de las comunidades en los procesos de participación en la gestión de asuntos públicos.
• Elevar la formación conceptual y técnica de los participantes comunitarios, sociales y oficiales para concebir, aplicar y evaluar de manera creativa y eficaz proyectos de intervención social en el marco de la corresponsabilidad en la gestión gubernamental.
• Proveer a los participantes de destrezas y herramientas para el diseño de estrategias dirigidas al adecuado manejo de un entorno local cada día más exigente.

El contenido académico del DEUS incluye el conocimiento del marco constitucional que promueve la participación popular, la comprensión de las finanzas públicas locales, el desarrollo de técnicas de diagnóstico social y de identificación de necesidades, el diseño de planes, proyectos y presupuestos inclusivos, el análisis de posibilidades de innovación de la gestión local; mediante las tecnologías de información y de comunicación pública y, el avance en los procesos de control ciudadano y la mediación de conflictos, resultan elementos indispensables para avanzar hacia una gestión local mucho más moderna y democrática; y basada en la corresponsabilidad del gobierno y de la ciudadanía.

En este programa de estudios superiores universitarios contaremos con la participación docente de expertos académicos e investigadores y de líderes sociales y comunitarios, de amplio reconocidos por sus contribuciones en el área y, entre los cuales podemos mencionar a Luz Elena Aldazoro, Consuelo Ascanio, Yolanda D´Elia, José Gregorio Delgado e Iván Zambrano.

El Ingeniero Carmelo Ecarri, activista comunitario y experto académico en el tema de participación comunitaria, tendrá a cargo la “Lección Magistral” que inaugurará el DEUS en “Participación en la Gestión Pública Local”.

Centro de Extensión Profesional (CEP). Centro Comercial Los Chaguaramos. Piso 7. e-mail: direccioncep@gmail.com. Teléfonos: 0212-662.23.97

jueves, noviembre 01, 2007

EL GIRO DE LA REFORMA

Se acaba de producir un viraje en el proceso de reforma constitucional. El Presidente Chávez anunció el Miércoles 31 de Octubre, la posibilidad de votar por bloques su propuesta de cambio de la Constitución Bolivariana. Esta nueva posición política nos indica la posible percepción negativa del Jefe del Estado sobre el trabajo realizado en la Asamblea Nacional por el propio oficialismo aderezado; además con el escaso calado que ha tenido la propuesta en amplios sectores de la población.

Una división en bloques de la propuesta constitucional quizás le permitiría al oficialismo, refrescar “la fachada de la reforma”, ante su público natural y también frente a los sectores políticos más blandos de la oposición. El viraje también podría abrir – o ahondar- una brecha en el bloque opositor para así neutralizar los avances, que lentamente ha venido obteniendo la oposición democrática del país alrededor del tema. Por otra parte, se tendería un puente o se lanzaría un mensaje a determinadas fuerzas políticas que, como el partido PODEMOS han marcado distancia de las actitudes asumidas por el bloque revolucionario oficial.

En todo caso, para el Presidente Chávez resulta ineludible y estratégico impulsar con rapidez y ganar con holgura la reforma constitucional. La posibilidad de posponer el referendo de la reforma no existe para el gobierno. Y esa posibilidad no existe, porque políticamente significaría una derrota definitiva para sus pretensiones hegemónicas. Por lo tanto, allí, con ese punto no hay oportunidades de negociación. De eso, no hay dudas.

En tal sentido, la opción de dividir la propuesta de reforma es una salida razonable –así deje en ridículo a algunos de los voceros más encendidos de la revolución-, en una situación de relativa incertidumbre electoral y en medio de una creciente movilización social de la oposición. Por supuesto, el gobierno aún cuenta con amplios recursos; entre ellos, el control absoluto de toda la institucionalidad del Estado; además de las frecuentes inconsistencias de la misma dirigencia opositora (algunos hasta solicitan ingenuamente la posposición de la reforma). En todo caso, queda claro que el gobierno busca ganar tiempo, se repliega para reordenar sus fichas y moverlas con mayor precisión. Y esto debe hacerlo con rapidez. De lo contrario, el desconcierto puede seguir creciendo en las filas revolucionarias, al percibir que el mensaje de la oposición es una cruda realidad.

La conformación de los bloques dependerá de quienes realicen el trabajo. Al respecto, tampoco dudamos que “la tarea” sea emprendida por el equipo más cercano al Presidente. La Asamblea Nacional queda relegada. Nos muestra el escaso “peso político” que posee en este proceso revolucionario. Nos enseña también el final de aquellos incondicionales de la revolución. La oposición por su parte, tiene que entender la nueva situación –sin candidez-; pero continuando con su estrategia de construir consensos populares alrededor de los valores democráticos.