martes, julio 12, 2011

LA VOLUNTAD DE LEOPOLDO LÓPEZ

Si algo quedó demostrado en el ensayo electoral de Voluntad Popular del pasado Domingo 10 de Julio, fue la tenacidad y coherencia política de Leopoldo López. Sin lugar a dudas, López ha sido un predicador de la utilización del liderazgo social como herramienta política. De allí, la realización del proceso de las elecciones abiertas que sirvió para varios objetivos como: el posicionamiento político del nuevo partido en la opinión pública, la relegitimación y elección de algunos cargos y algo muy importante, el cumplimiento de las formalidades de registro en el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Como ciudadano conozco con relativa cercanía, la gestión de López al frente de la Alcaldía de Chacao. Allí y desde la Dirección de Gestión Social se impulsaron iniciativas incluyentes y participativas; tales como: la agenda comunitaria, la justicia de paz o aquellas asambleas de participación y capital social, ahora lamentablemente desaparecidas. Muy probablemente esas experiencias hayan tenido influencia directa en la propuesta que ha venido elaborando Leopoldo, durante los últimos meses. Eso es positivo.

Una particularidad de las elecciones “semi-internas” de Voluntad Popular fue que nos presentaron un país institucionalizado, muy diferente a la realidad polarizada que transitamos todos los días. Por ejemplo, el Domingo 10 de Julio el CNE se desempeñó sin quejas, de bajo perfil y dedicado a cumplir su función de facilitador del proceso eleccionario que fue realizado tanto de manera automatizada como en forma manual. De la misma manera, el personal militar asignado a la custodia de los 1.187 colegios electorales, obtuvo sus puntos meritorios en el cumplimiento de la tarea asignada.

Otro hecho significativo fue la baja asistencia a los comicios; pues tan sólo unos 120.000 electores votaron a 7.834 aspirantes; para así escoger finalmente a 3.380 directivos (llamados responsables o coordinadores); según su alcance competencial y territorial. En promedio -distribuyendo los votantes entre los cargos elegidos-, nos daría una cifra aproximada a los treinta y cinco (35) votos por cargo electo; lo cual es una cantidad inferior a la votación que puede recibir algún vocero en una elección en un consejo comunal de ciento cincuenta familias.

Por supuesto que, Leopoldo López, Carlos Vecchio y otros dirigentes nacionales concentraron la casi totalidad de la votación nacional; pero los niveles estadales y locales no alcanzaron niveles significativos de votación, por lo que su base de apoyo es muy reducida. Un caso pintoresco fue la incidencia que, desde algunas organizaciones político-partidistas e incluso instituciones públicas se que quiso desarrollar sobre los procesos de elección de algún candidato local.

Ahora a los 3.380 activistas, responsables y coordinadores les corresponde emprender la ruta de consolidar la apertura en cada uno, de ámbitos de incumbencia política. Finalmente, el costo financiero del proceso (incluyendo los servicios prestados por el CNE) y la logística de apoyo y movilización de los votantes debería ser presentado a la opinión pública como muestra de transparencia y rendición de cuentas de los organizadores frente a sus electores.

La iniciativa de Leopoldo López y su Voluntad Popular es importante y tendría que convertirse en un llamado a la reflexión para cada una de las organizaciones partidistas venezolanas que aún predicando la democracia y la participación, no suelen practicarlas en sus procesos de elección de autoridades. Cada organización tendrá sus mecanismos de consulta interna propios; pero lo que queda sobre la mesa es la necesidad de democratizar a los partidos para convertirlos en los verdaderos factores de cambio que necesita Venezuela.

@migonzalezm

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