martes, septiembre 18, 2012

LA CAMPAÑA CAPRILES-CHÁVEZ: AHORA VIOLENCIA Y SOBORNO




La campaña electoral en Venezuela se aproxima a su punto clímax, ya a menos de tres semanas de la realización de los comicios pautados para el próximo 7 de Octubre. En ese contexto, Capriles Radonsky realizando una campaña si no perfecta; al menos excepcional, ha mantenido su escalada hacia el poder, recorriendo todo el país, estableciendo contacto directo con cientos de miles de venezolanos y venezolanas. Del otro lado, se encuentra el candidato oficialista, el Presidente Chávez (aún “parsimonioso”) quien aumentó en forma discreta y conservadora su presencia en la calle; quizás confiado en el efecto psicológico de la propaganda a la que ha sometido al pueblo venezolano, durante los últimos trece años.

Durante los últimos días y, tal vez como respuesta al inocultable crecimiento electoral de la candidatura de Capriles, emergieron dos nuevas estrategias electorales: la violencia y el soborno. Aunque la violencia es una práctica tradicional del oficialismo contra cualquier tipo de disidencia; en los últimos días, ha reaparecido como una reacción de los grupúsculos violentos del chavismo que han intentado -sin éxito alguno-, sabotear las manifestaciones electorales y populares a favor del candidato Capriles. Lo tristemente resaltante de la violencia oficialista es ver el “encono” de un grupo de venezolanos y venezolanas tratando de agredir a sus connacionales. Lamentable.

Esa violencia política ha venido siendo inyectada desde el gobierno nacional como parte de su estrategia para perpetuarse en el poder. La intimidación personal, la persecución y la exclusión política han sido prácticas recurrentes del oficialismo durante más de una década. Sin embargo, el empuje de las fuerzas democráticas ha venido paulatinamente ganando y consolidando su presencia, hasta convertirse en una verdadera opción de poder y cambio para Venezuela; en una tendencia que pareciera ser irreversible.  

El soborno político (presuntamente en dólares americanos) emergió también recientemente, con el objetivo de restar credibilidad a la opción electoral que representa Capriles Radonsky. En ese contexto, se produjeron deserciones de cuatro mini-partidos que anunciaron el retiro de su respaldo al candidato democrático y, también denuncias de respetables líderes como Macario González (MUD-Lara), que señaló en forma pública y notoria, las ofertas del ex-gobernador oficialista del estado Anzoátegui David D’ Lima para que abandonara la candidatura de Capriles. Dichas ofertas, fueron rechazadas por González. En todo caso, con la utilización del soborno quedó evidenciada la debilidad electoral de la opción oficialista, que por supuesto; aún no se da por vencida.

Los casos de Williams Ojeda (ex-dirigente UNT) y Juan Carlos Caldera (ex-dirigente Primero Justicia); además de lamentables, resultan aleccionadores en cuanto a la calidad y consistencia política de ciertos dirigentes. En realidad y, por distintos caminos; tanto Ojeda como Caldera comprometieron el capital más importante de un político, que no es otro que su: credibilidad. Ojeda, desconociendo su participación previa en las Primarias, quedó convertido en un simple “francotirador” contra la opción que representa Capriles. Por su parte, Caldera demostró una mayúscula incapacidad ético-política, convertido ahora en un “argumento” de muy relativo peso contra el candidato democrático. Conociendo al pueblo venezolano; ambos personajes quedarán para el anecdotario político. Nada más.

A menos de tres semanas del 7 de Octubre, el empuje de Capriles Radonsky y su penetración en amplios sectores populares del chavismo que han comenzado a simpatizar con las propuestas electorales (fundamentalmente de naturaleza social) es inobjetable. No hay duda que, la dirección política del chavismo se ha resentido y está muy presionada por la creciente posibilidad de recibir una contundente derrota político-electoral. De allí que, desde el “alto comando electoral” se haya acudido a las burdas estrategias de la violencia y el soborno. Sin embargo, alternativamente hay un camino que la mayoría del pueblo venezolano, al parecer, decidió emprender de la mano de Capriles Radosnky.


@migonzalezm