jueves, diciembre 05, 2013

MUNICIPALES 2013: CAMBIOS EN EL MAPA POLÍTICO VENEZOLANO




Las elecciones municipales del próximo Domingo 8 D se desarrollarán en un marco de una ineludible polarización en lo que será un nuevo episodio entre los dos grandes bloques políticos, que se disputan el control del Estado en Venezuela. Por una parte y, desde el oficialismo se busca consolidar la propuesta del Estado Comunal; mientras que desde la plataforma que reúne los sectores democráticos, se trata de reivindicar la institucionalidad municipal. Así, estas elecciones de naturaleza descentralizada y local, han sido cooptadas por un carácter plebiscitario.
Son previsibles algunos resultados. Resultados que nos mostrará un nuevo mapa político-municipal del país y, por lo tanto, una aproximación más exacta de la correlación de fuerzas político-electoral existente. Ese nuevo mapa político-electoral nos indicará seguramente un naciente equilibrio entre los dos polos ideológicos que compiten entre sí; aún cuando permanezcan desigualdades territoriales. El surgimiento y consolidación electoral de un tercer polo “equidistante”; tanto del oficialista Gran Polo Patriótico (GPP) como de la Mesa de la Unidad de Democrática (MUD), parece difícil, pese a la presencia de candidaturas “independientes”.
La apuesta de la Mesa de la Unidad (MUD) es ganar el voto popular y obtener el triunfo en los municipios con mayor densidad poblacional. Esto ciertamente significaría un avance político trascendente de esta plataforma unitaria; pero también supondría un reto a sus capacidades reales de gobierno. En la actualidad, hay 51 municipios bajo gobierno de la MUD. Un resultado probable sería que dicha cantidad subiera a unos 100 municipios; aproximadamente. Dos aspectos destacables de la MUD son el lanzamiento de los “Lineamientos de Gestión Municipal 2014-2017” y la realización de jornadas de adiestramiento para sus candidatos a alcaldes y concejales, en gran parte de la geografía nacional.
Existe una amplia posibilidad que las fuerzas democráticas obtengan la victoria en entidades como: Anzoátegui, Miranda (en sus municipios más poblados), Nueva Esparta, Mérida, Táchira y Zulia; entre otras más disputadas. Los principales municipios del estado Lara (Iribarren y Palavecino); así como también la alcaldía de Valencia en el estado Carabobo y la de Maturín en el estado Monagas apuntan hacia un cambio de gestión. El estado Bolívar, también pudiera brindar resultados electorales favorables para la oposición. Los sectores democráticos –de nuevo-, asistirán a un proceso electoral en situación de desventaja financiera y organizativa; pero esta vez con una realidad social y económica que favorece la posibilidad de un cambio.
El bloque oficialista tendrá victorias mayoritarias en entidades federales como: Amazonas, Apure, Barinas, Cojedes, Delta  Amacuro, Guárico, Portuguesa y Sucre. Con el triunfo del Gran Polo Patriótico en estos estados -a primera vista-,  el mapa de Venezuela lucirá mayoritariamente rojo. Para el oficialismo, el proceso electoral municipal no ha sido sencillo. Ciento veinticuatro (124) candidatos de sus filas, tuvieron que ser cambiados. Además y, pese a las medidas gubernamentales tomadas por el gobierno ante la presunta “guerra económica”, existe un creciente descontento popular por la situación de escasez y desabastecimiento, por la alta inflación y por la inseguridad que se viene acentuando en el país. En este contexto, la alcaldía del Municipio Libertador pudiera estar en riesgo para el oficialismo.
La abstención jugará un papel decisivo en el resultado final del próximo Domingo. Y en este aspecto, los sectores democráticos tienen mucho más que perder; pues el aparato electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha tenido más éxito en la “movilización” de su electorado. En la oposición; aún pesa mucho la creencia de la posibilidad constante del fraude electoral. La militarización del proceso comicial debe ser “limitado”; es decir, la presencia de la Fuerza Armada Nacional en los centros de votación debería circunscribirse a brindar seguridad para el normal desarrollo electoral y, nada más.
Las elecciones municipales producirán -desde nuestro punto de vista-, una recomposición territorial de la distribución y la presencia de las fuerzas políticas que muy seguramente incidirán en instancias como el Consejo Federal de Gobierno (CFG) y en algunos Consejos Estadales de Planificación de Políticas Públicas (CEPLACOP). Esa misma recomposición podría impedir o al menos hacer un tanto más dificultosa, la imposición de una visión centralista y hegemónica como la que propone el Estado Comunal. Pero esa, es otra circunstancia. Por ahora, hay que ganar el mayor número de municipios el 8 D.
miguelgmarregot@gmail.com

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