No pasó desapercibido en las
redes sociales, el artículo escrito por el profesor Ricardo Hausmann titulado:
“El día D para Venezuela”. El artículo nos presenta la angustiosa percepción del
catedrático venezolano sobre la crisis que padece el país, en el que se propone
como solución posible la eventual destitución del presidente Maduro; por parte
de la Asamblea Nacional con la intervención y apoyo posterior de una fuerza
militar extranjera, que el autor justifica citando las experiencias de
intervención de alianzas militares internacionales practicadas en Europa, entre
los años 1940 y 1944.
En realidad, la solución del
profesor Hausmann genera una buena cantidad de interrogantes sobre su
viabilidad y credibilidad; bajo las actuales circunstancias. Veamos algunas de
ellas: ¿Estaría dispuesta la Asamblea Nacional a saltarse la Constitución Nacional
que tanto ha defendido y asumir funciones que no le corresponden?, ¿Tendría
capacidad el presidente Trump de convencer al Congreso de los Estados Unidos de
intervenir de manera armada en Venezuela y, para conseguir los fondos para una
acción de esa naturaleza?, ¿Cuáles países estarían dispuestos a formar una
alianza militar para intervenir a Venezuela?, ¿Cuáles países latinoamericanos
prestarían su territorio para la ubicación de las bases militares necesarias
para realizar la intervención?, ¿Y po cuánto tiempo se estima la duración de esa
intervención? ¿Permanecerían China, Rusia e Irán impasibles ante la
intervención militar propuesta?, ¿Y cómo responder a las posiciones de apoyo al
régimen de Maduro, que seguramente harían países como Bolivia, Cuba y Nicaragua
en organismos como la OEA y la CIDH?, ¿Y cuál sería la posición de organismos
internacionales como la OEA y CIDH frente a una invasión militar en Venezuela?,
¿Pero acaso no representa el sueño dorado de un régimen autoritario como el de Maduro,
que el “imperio” lo ataque e intente derrocarlo? ¿Además esa supuesta intervención
no funcionaría como un elemento cohesionador del “chavismo”? Y finalmente y, por
encima de todo, ¿tendría aceptación popular una escalada militar extranjera en
Venezuela?
Al margen de las respuestas que
podamos dar a las interrogantes planteadas; quizás lo más importante de la
propuesta del autor es que nos indica la profunda preocupación y desazón que existe
en todos los ámbitos de ciertas élites internacionales sobre la tragedia que
padece Venezuela y, sobre la incapacidad e ineficacia política demostradas -hasta
ahora-, por sus propios ciudadanos por resolverla. Cabe agregar que, en la
práctica, nuestro país se ha convertido en un “territorio con soberanía
limitada”; pues viene siendo objeto de diversas intervenciones diplomáticas y
económicas; tanto a favor de un cambio democrático como por el contrario, en
favor de mantener el “status quo”.
La idea de una salida bélica -como
estrategia alternativa frente al actual gobierno- no es novedosa, al menos, en
el mundo virtual de las redes sociales y donde suele ser un tema de tratamiento
diario. En la realidad, la política en Venezuela ha sido violenta durante los
últimos años: segregación y exclusión, persecución y detenciones arbitrarias, protestas
masivas y muertes de manifestantes han caracterizado su tesitura. Así mismo, otras
formas de violencia política también han sido utilizadas como lo son: los
reiterados intentos de imponer una neo-lengua revolucionaria, la censura y la
manipulación informativa.
En ese contexto político y, como
otro de los legados del “chavismo han venido emergiendo nuevas posiciones
políticas extremistas y neo-autoritarias (auto-denominadas “resistencia”), que
con base a la descalificación del voto, del diálogo y de la negociación intentan
ganar algún espacio político. Esa posición extremista (enemigos declarados del
centro político democrático) viene operando con base a una oferta discursiva limitada
a 4 puntos; a saber: la abstención, la calle sin retorno, el golpe cívico-militar
y la intervención militar extranjera. En ese enfoque de la resistencia, cualquier
opción de cambio democrático está descartada.
No afirmo que el profesor Hausmann
avale a ese nuevo tipo de autoritarismo venezolano. Pero sí me parece que el
distinguido académico fue alcanzado, al final por ese “imaginario criollo” de
la salida mágica, militar y caudillista; ahora representada en una alianza
militar internacional. La crisis venezolana es terrible, todos los que vivimos
aquí la padecemos a diario en mayor o menor medida y, también la han padecido
los cientos de miles de compatriotas que han huido del país. ¿Constituye la
muerte, la guerra civil como la única
esperanza que desde el exterior se le puede ofrecer a los venezolanos?
En mi opinión, la única opción
viable para construir y avanzar hacia una posibilidad de cambio democrático y
ciudadano la representa el fortalecimiento de la unidad democrática, que logre
despolarizar a la sociedad venezolana y que presente un discurso creíble de las
metas y propósitos que se desean alcanzar. Reconstruir el tejido socio-político
que brindó victorias y avances a los sectores democráticos como quedó
demostrado en las elecciones de los años 2013, 2015 y 2017 es la estrategia a
seguir. Hay que cambiar el imaginario popular-militarista.
Agradezco la preocupación del
profesor Hausmann, de paso está en su derecho. Pero la hubiera agradecido mucho más, si su propuesta estuviera
mejor focalizada.
Saludos cordiales
@migonzalezm