El municipio
Baruta aún se encuentra disfrutando del inicio del gobierno (100 primeros días
de gestión), de su nuevo alcalde Darwin González. En ese lapso he presenciado
-como vecino baruteño-, las iniciativas emprendidas por la novísima gestión en
áreas de ciertos servicios públicos como
la vialidad; además de atender ciertas emergencias puntuales vinculadas al
alumbrado público. Por otra parte, se ha promocionado la realización de
actividades culturales en algunos espacios públicos del municipio; lo cual está
muy bien.
A parte del
éxito que deseamos al alcalde Darwin González, presentimos que en general, la
gestión de los gobiernos municipales luce comprometida en los actuales tiempos;
tanto por las serias restricciones financieras y presupuestarias que ya se
padecen como por la incidencia del proyecto socialista y comunal que se
pretenderá imponer desde la “Asamblea Nacional Constituyente”. Todo esto hace
que, los alcaldes deban acercarse a sus vecinos y electores de manera
responsable y transparente no solamente en función de desarrollar un gobierno
local eficaz; sino fundamentalmente para defender la autonomía municipal y,
quizás hasta la propia existencia de los municipios; tal cual como los
conocemos hoy día.
Creo que la
presencia de un gobernador vinculado con claridad al proyecto
oficialista-comunal determinará en buena parte, la gestión de todos los municipios
del estado Miranda y, en especial de aquellos municipios del Área Metropolitana
de Caracas que gracias a la lealtad de su electorado; aún permanecen bajo la
gestión de sectores democráticos, tales como: Chacao, El Hatillo, Los Salias y,
por supuesto, Baruta. En ese contexto, las relaciones con los diferentes
niveles de coordinación intergubernamental tendrían que ocupar un lugar
importante en la agenda de asuntos institucionales de cada uno de los alcaldes.
Existen
instancias de coordinación intergubernamental en las que los alcaldes no pueden
incidir de manera significativa por la composición y las características de las
mismas. También hay otros órganos institucionales donde sí pueden hacerlo. En
el primer caso, se ubican el Consejo de Planificación y Coordinación de
Políticas Públicas (CEPLACOP) presidido por el gobernador y los denominados
Distritos Motores de Desarrollo (DMD), figura del esquema territorial
centralista y que el nuevo gobernador mirandino ha comenzado a implementar. En el segundo caso, se ubican los Consejos
Locales de Planificación Pública (CLPP) que son presididos por los acaldes y
que cuentan con la participación de los concejales del municipio y con una
representación vecinal (ahora más limitada en número de integrantes, por la
nueva ley).
Para ambos
casos, los nuevos alcaldes deben estar preparados y asumir con responsabilidad
sus funciones ejecutivas y de representación del gobierno municipal, cuando sea
necesario. En el caso, del municipio Baruta, el nuevo alcalde tendría que
revisar la situación del CLPP y emprender la actualización de su conformación
que está vencida, desde hace ya algún tiempo. Por otra parte, el alcalde Darwin
González le corresponderá presentar ante esa misma instancia, los lineamientos
del Plan Municipal de Desarrollo (PMD) para así cumplir con la LOPPM. Al
respecto cabe mencionar que, el último PMD fue presentado por Henrique Capriles
Radonski para el lapso 2004-2008.
El tema de la
planificación municipal ha sido un asunto muy mencionado en el discurso
político municipal; pero de poca aplicación en ese mismo ámbito local. Quizás
el bajo índice de diseño y aplicación de Planes Municipales de Desarrollo se
deba a que aún no tengamos (me incluyo) certeza de una metodología adecuada
para hacerlo y, tampoco la certidumbre de la eficacia política institucional
que brinda la planificación en las actuales circunstancias políticas que
atraviesa el país y todos sus municipios.
En mi opinión,
el alcalde Darwin González debe abordar con premura y eficacia el tema del
CLPP-Baruta, que de paso constituye un órgano del Poder Público Municipal que
él preside y, rescatarlo como una herramienta de gobernanza y de cercanía con
el movimiento vecinal baruteño. Por otra parte, la opción de diseñar un Plan
Municipal de Desarrollo para Baruta significaría una oportunidad para la nueva
gestión que recién empieza, de emprender junto al voluntariado vecinal, social
y comunitario del municipio una jornada que suponga la construcción de la
imagen del “municipio soñado”, que tanto se suele mencionar en los discursos de
campaña electoral..
@migonzalezm
Nota adicional:
Hace
falta un acuerdo entre la alcaldía, el sector comercial y los vecinos sobre el
tema de los desechos sólidos en el municipio. Baruta luce en estos tiempos descuidada y desaseada y, además del
aspecto estético, la acumulación de basura puede convertirse en un asunto de
salud pública.
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