sábado, junio 01, 2019

Primera aproximación al tema de la Gran Colombia (1819-1830)


Introducción

Toda investigación histórica y mucho más historiográfica representa una nueva apertura a un conocimiento más preciso y científico de ese pasado que en sus diversas manifestaciones se busca indagar. Mucho más, cuando el objeto de estudio constituye un hecho, un conjunto de eventos o una época que pese a pertenecer directamente a nuestra identidad, permanece inexplorado.

Este es el caso de la República de Colombia, Colombia la Grande, la Gran Colombia, ese emprendimiento acaecido entre 1819 y 1830, que pese a que constituyó un proceso de transición determinante para la conformación de las nuevas repúblicas americanas no ha sido atendido con la suficiente pertinencia por las historiografías de Colombia, Ecuador y Venezuela.

Es por ello que, que en el marco de los doscientos años de su creación formal en el Congreso de Angostura de 1819, las iniciativas académicas por revisar y redescubrir la trayectoria de su tratamiento historiográfico e identificar posibles líneas de investigación representan una oportunidad formidable para rendir un modesto homenaje a la iniciativa republicana de nuestra generación de libertadores.

La República de Colombia se erigió como uno de los primeros países americanos que, empleando un nuevo sistema de gobierno, se enfrentó a la tradición monárquica ampliamente aplicada y conocida en el continente. La edificación de Colombia la Grande implicó la creación de una institucionalidad capaz de solventar el vacío que dejó el antiguo sistema monárquico, para de esta manera administrar en forma eficaz el territorio abarcado bajo su soberanía recién adquirida.

Conocer los intentos de articulación institucional emprendidos en la Gran Colombia supondría la comprensión del funcionamiento del experimento republicano por crear un nuevo sistema de gobierno capaz de construir una nueva comunidad política. Esa nueva comunidad política puede ser abordada desde distintos ámbitos, como el territorial, el económico, el religioso o el educativo, entre otros aspectos sectoriales que delinearon su entidad como República.  

Uno de los aspectos que nos llama poderosamente la atención es el proceso de conformación de la República de Colombia. En tal sentido, considero necesario estudiar las medidas legislativas y administrativas correspondientes a la organización territorial de la República de Colombiana; esto nos puede dar luces para comprender la incipiente nación y, con esto, el funcionamiento de su administración territorial desde su nivel nacional y sus ámbitos político-territoriales sub-nacionales como fueron los departamentos, las provincias y los cantones.

¿Dentro de la historiografía convencional colombiana y venezolana hubo una adecuada comprensión de las políticas institucionales de desarrollo territorial de la Republica de Colombia entre 1819-1830? ¿Y de qué manera se trató el tema de la administración territorial durante el período? ¿Cómo fue valorado el asunto local (cantonal, municipal) por la historiografía colombiana y venezolana en los años posteriores a la disolución de la Gran Colombia? En el presente ejercicio se intentaré responder a estas interrogantes iniciales.

El estado de la cuestión

El ordenamiento territorial constituye un acto de gobierno. Usualmente ese acto de gobierno corresponde a una expresión de soberanía, de independencia y de ejercicio pleno de la autoridad del poder público. Este fue el caso de la República de Colombia (1819-1830) que pese a haber surgido en medio de un conflicto internacional y de padecer ataques desde de su propio fuero interno, adoptó una política de administración territorial durante su corta vida republicana.

El resultado de la acción gubernativa y legal de la novel República puede observarse con claridad en las treinta leyes, decretos y resoluciones recogidas en la compilación “Cuerpo de Leyes de la República de Colombia, 1821-1827” y también en los decretos orgánicos del Libertador Simón Bolívar del año 1828, que vincularon la vigencia o no, de los distintos niveles político-territoriales como eran los departamentos, las provincias, cantones y las parroquias. De igual forma, tales instrumentos legales abarcaron no solo el aspecto territorial, sino además temas competenciales y sectoriales como fueron el tema electoral, el asunto fiscal e incluso la cuestión referida a la “participación ciudadana”.

La dinámica territorial de la Gran Colombia fue intensa. La entidad fue creada considerando a los territorios de Cundinamarca, Venezuela y Quito como sus departamentos iniciales. En 1821 con la Constitución de Cúcuta se produce una reorganización interna y se produjo la incorporación de Panamá. En el año 1822, ingresan formalmente Cuenca, Guayaquil y Quito. La configuración de Colombia la Grande trajo naturalmente tensiones; tanto entre facciones locales como entre la visión centralista (bolivariana) y la visión federalista (del sector separatista), en cuanto a la organización del territorio y la distribución del poder.

En ese contexto, los cantones y municipalidades sufrieron y desempeñaron un papel fundamental en el desarrollo y pronto desenlace del destino de la Gran Colombia. Así lo demuestran los sucesos de 1826 en las municipalidades de Valencia y Caracas y las sublevaciones en las municipalidades de Cuenca y Guayaquil en el Ecuador en 1827. Las municipalidades terminaron siendo valoradas como centros de agitación política y de discordia con el poder central de la República. En tal sentido, el Libertador-Presidente emitió un decreto suspendiendo a tales entidades el 17 de noviembre de 1828. En el debate por la organización político-territorial de la Gran Colombia (a pesar de suspenderse las municipalidades) el separatismo continuó su actividad y surgieron las asambleas populares que apuntalaron la separación de Venezuela de la Gran Colombia como pasó con la Asamblea de Caracas en 1829.

Visto de esta manera, la cuestión territorial debió tener una cuota de atención en la historiografía venezolana, entre otras cosas porque la institucionalidad municipal (de origen castellano y traída por la conquista española) sobrevivió con relativo éxito a la República de Colombia. Igual sucedió con la superestructura regional (provincial) que surgió en ella. En efecto, las provincias se mantuvieron en Venezuela después de 1830 y hasta 1864. Sin embargo, no ocurrió así, y la historiografía venezolana no abordó ni el tema territorial ni la cuestión municipal en el contexto de la Gran Colombia.

En nuestra opinión, consideramos que José Gil Fortoul es quien, por primera vez, se aboca a historiar de manera sistemática sobre la Gran Colombia. En efecto, en su obra “Historia Constitucional de Venezuela” (Tomo Primero), dedicó su Libro Tercero a la Gran Colombia. Gil Fortoul, bajo un enfoque legal y de un marcado historicismo clásico destaca la importancia de las políticas de administración territorial, cuando recoge la organización interior de la República de Colombia en: departamentos, provincias, cantones y parroquias. Así también recoge los cambios posteriores en la división político-territorial (1824) y describe el régimen político y económico de los departamentos y las provincias. Dentro de su aporte enciclopédico, Gil Fortoul narra las contradicciones y conflictos sucedidos entre las municipalidades venezolanas y las autoridades provinciales y hasta nacionales de Bogotá, por el delicado tratamiento del llamado al servicio militar que finalmente desembocaron en el célebre movimiento llamado “La Cosiata” de amplias repercusiones en toda la República de Colombia hasta llegar a Guayaquil en 1827. En este autor hay un reconocimiento a la importancia del tema municipal (cantonal) como sujeto activo en los diferentes procesos de cambio y recambio político que hubo en la Gran Colombia. Procesos caracterizados de manera prevalente por los conflictos/desacuerdos entre el gobierno central bogotano y la periferia sub-nacional de la entidad republicana.

Para Laureano Vallenilla-Lanz el ordenamiento territorial aprobado de la Gran Colombia no se compadecía con la realidad de Hispanoamérica; pues se trató de sobreponer modelos institucionales impuestos tanto por la conquista española como por el empeño en copiar el federalismo de los Estados Unidos. Esa contradicción ideológica que marcaría el desarrollo de la historia política de Venezuela, la destaca Vallenilla-Lanz en su obra “Disgregación e Integración” donde deja comentarios como este: “nuestros historiadores y publicistas no se han detenido en observar que el federalismo fue también en América la expresión más evidente de la herencia española y de la descentralización a la que estaban habituados esos pueblos; por eso dijo el Libertador que la descentralización no era otra cosa que la anarquía sistematizada”.

En la visión de Vallenilla-Lanz el municipio tampoco sale bien parado “al cubrir de un ropaje republicano las formas disgregativas y rudimentarias de la colonia, dándole nombre pomposo de Estados o Entidades Federales a las Ciudades-Cabildos o Distritos Capitulares que eran entonces y casi son todavía: pequeñas ciudades con extensas y desiertas jurisdicciones territoriales”. En síntesis, para Vallenilla-Lanz había un enorme problema teórico-político en la definición y articulación de su médula espinal como fue su administración territorial.

Jorge Olavarría con una visión política de la historia coincidió con Vallenilla-Lanz, en cuanto a las dificultades que representaron para la organización político-territorial de la Gran Colombia la presencia de ideas y propuestas federalistas. Sin embargo, para Olavarría, los planteamientos de Vallenilla-Lanz solo pretendieron darle un “textura” bolivariana al régimen de Juan Vicente Gómez (pero eso es otra historia). Volviendo a Olavarría resulta extremadamente importante rescatar las apreciaciones de Jesús María Casal¹³ citada por el autor en su texto “Dios y Federación” sobre la “Ley sobre Organización y Régimen Político y Económico de los Departamentos y Provincias” de 1825, y las críticas que le hiciera el vice-presidente Santander. Al respecto, cita Olavarría “ (…) se crearon unas “Juntas” de Provincias que escogidas por electores tenían la facultad de designar funcionarios nacionales (…) y su intervención en la creación de Municipalidades, su papel de conservador y promotor de obras públicas, escuelas de primeras letras, cuidados de indígenas (…) el Poder Ejecutivo, a cuya cabeza estaba Santander, la devuelve a las Cámaras por considerarla peligrosa para la estabilidad de la República y la conservación del régimen centralizado y por las amplias facultades que se confería a la municipalidades”.

En otras palabras, se devela la seria resistencia del propio gobierno colombiano en la estructuración de su propia territorialidad y el aspecto competencial de entidades sub-nacionales (las municipalidades, en este caso). Es la contradicción entre un régimen que aún siendo centralizado le teme a los resquicios de autonomía en la gestión de los gobiernos locales. ¿Entonces, era viable construir una República con esas debilidades conceptuales? Según Jorge Olavarría, Colombia era imposible.

Una alternativa historiográfica al tema la representa el “Diario Histórico de Venezuela” de José Rafael Mena Moreno que presenta una cronología del acontecer histórico del país desde su descubrimiento hasta la década de los años sesenta. El Diario Histórico de Venezuela constituye una herramienta muy útil para toda revisión historiográfica general y, mucho más en un tema como la administración territorial de la República de Colombia 1819-1830 que ha tenido poco desarrollo directo. Allí aparecen ordenados (según la priorización del autor) los datos referidos a sucesos importantes acaecidos entre 1819 y 1830 vinculados a la organización territorial y al aspecto local (municipal) de la República de Colombia, lo que permite construir un seguimiento muy preciso de acontecimientos como “La Cosiata” y los pasos subsiguientes de la separación de Venezuela de la unión colombiana.

Bajo un enfoque geohistórico, se ubica la obra “De la Provincia a la Nación. El largo y difícil recorrido hacia la integración político-territorial de Venezuela (1525-1935)”, de Manuel Donís Ríos, que nos ofrece una perspectiva trascendente de la evolución política-territorial de Venezuela desde sus albores hasta su realidad más reciente. En el análisis emprendido por Donís Ríos, Colombia la Grande ocupa un espacio. Allí se recogen las modificaciones territoriales realizadas por el Congreso de la República sobre la base del ordenamiento establecido el 5 de agosto de 1819 y que comprendía para el espacio venezolano, diez provincias: Barcelona, Barinas, Caracas, Cumaná, Guayana, Maracaibo, Margarita, Mérida y Trujillo, más la provincia de Coro. Aquí se trató de respetar los territorios que se tenían y se reconocían en la Constitución de 1811.

En 1821, con la Constitución refrendada en Cúcuta el 6 de Octubre, se estableció que el espacio territorial venezolano se dividiría en departamentos y estos en sus respectivas provincias, cantones y parroquias. En el caso venezolano los departamentos de Orinoco, Venezuela y Zulia, con Cumaná, Caracas y Maracaibo como capitales; respectivamente. El Orinoco quedó integrado por las provincias de Guayana, Cumaná, Barcelona y Margarita. El de Venezuela por las de Caracas y Barinas. El del Zulia por Coro, Trujillo, Mérida  y Maracaibo. La lectura de Donís Ríos nos conduce a reconocer las incidencias de intereses particulares en la delimitación de una política institucional como es la ordenación del territorio. Veamos. “La significación de Páez en el ámbito político-militar se reflejó en el plano territorial en 1823, cuando por disposición del Congreso de Colombia se dividió la Provincia de Barinas, de la cual era oriundo, en dos jurisdicciones: Barinas y Apure, con capitales en la ciudad de Barinas y la villa de Achaguas, respectivamente”.

Por otra parte, nos dice Donís Ríos y según “Pedro Cunill esta reorganización territorial prueba la creciente importancia que va tomando la ganadería llanera y la extensión de los hatos que se van conformando bajo el dominio de los altos jefes militares”. En resumen, podemos deducir que otro factor que incidió en la organización del territorio de la Gran Colombia fue aquel dependiente de los intereses económicos de la elite emancipadora.

El texto “Colombia: siendo una relación geográfica, topográfica, agricultural, comercial, política &c. de aquel pays, adaptada para todo lector en general, y para el comerciante y el colono en particular” constituye una pieza fundamental para entender la realidad geográfica y política de la República de Colombia. El trabajo anónimo de 1822 nos guía por todo el espacio de Colombia la Grande, lo que nos permite entender las condiciones que determinaron la organización territorial de esa entidad republicana. Y es que la organización del territorio de una nación no puede estar exenta de su medio ambiente geográfico; tanto a escalas locales como regionales. El contenido de este texto puede servir de incentivo para comprender el trazado de territorial que trató de abarcar la naciente Gran Colombia, pero que fue tan breve como un sueño.

Algunas conclusiones preliminares

1.-  Las políticas institucionales de desarrollo y ordenamiento territorial fueron asimiladas por la historiografía venezolana convencional en el marco de las relaciones políticas y militares que se registraron en el marco de la lucha final por la independencia y los enfrentamientos que se sucedieron entre los factores del bando independentista. Como campo de investigación histórica, su peso no fue relevante siendo relegado a un segundo o tercer plano en la explicación sobre aspectos históricos puntuales. En otras palabras, la administración territorial de la Gran Colombia pese a tener un amplio desarrollo legislativo y de contener aspectos cruciales para su evolución, no ha sido valorado como un tema importante para el estudio histórico ni historiográfico. Cabe agregar que, el acceso al tema se produce de manera indirecta; es decir, por medios de estudios de historia política y relacionada con la acción del Libertador Simón Bolívar. En realidad, en esta primera incursión se han detectado escasas investigaciones históricas referidas al tema salvo aquellas vinculadas a la evolución territorial de la República y, tan solo con una parte de las mismas.

2.- En la historiografía tradicional venezolana el enfoque que ha predominado en cuanto a la administración territorial ha sido el vinculado a la contradicción entre el régimen federal y el régimen centralista, entre la unidad de la República de Colombia y las visiones separatistas y particularistas de quienes no apoyaban el proyecto bolivariano. Ubicado en ese contexto (lo cual no es desacertado), la cuestión territorial baja en su importancia frente al debate federación contra centralismo. Las posibilidades de entender las dinámicas sub-nacionales quedan entonces desplazadas por la discusión y los eventos estrictamente políticos y militares.   

3.- La presencia de las municipalidades es una constante a lo largo de la historia de la Gran Colombia; pero también es subvalorada, salvo en el contexto de La Cosiata y de los movimientos separatistas que ocurrieron entre 1826 y 1830. Incluso para algunos autores que hemos leído, los municipios constituyeron una molestia por el sesgo autonomista que siempre tuvieron (y aún tienen). De la revisión del marco legal de la Gran Colombia se encuentran decisiones importantes que incluso parecieran favorecer su desarrollo o al menos, no pudieron impedirlo.

4.- Por lo anterior, se propone estudiar la problemática de la organización territorial de la Gran Colombia dándole un enfoque administrativo y político, teniendo siempre presente el papel jugado por las municipalidades. Con base a esto, se pretende abarcar la situación vivida en las actuales Colombia y Venezuela con miras a entender el funcionamiento del sistema republicano y las tensiones externas que lograron modificarlo hasta su disolución en 1830.

5.- La administración territorial abre un campo investigativo vital para comprender el desarrollo político de nuestras repúblicas y su relación con las realidades regionales y locales. En ese contexto, el ámbito municipal comprende un escenario rico en posibilidades como instancias político-territoriales depositarias de las soberanías más cercanas a la población y como espacio naturales para construcción de ciudadanía. La vinculación y las relaciones entre los gobiernos centrales y las aspiraciones de autonomía de las municipalidades es un campo lleno de posibilidades y de inimaginables hallazgos históricos.

Bibliografía Consultada

.- República de Colombia. Cuerpo de Leyes de la República de Colombia, 1821-1827. Imprenta Valentín Espinal. Caracas, 1840

.-  Cabrera Hanna, Santiago: Soberanía Primitiva y las Proclamas de los Municipios del Distrito Sur durante la crisis de la Gran Colombia de 1826. Historia Crítica N° 71. 2019

.- Gil Fortoul, José: Historia Constitucional de Venezuela, Tomo Primero. La Colonia, La Independencia, La Gran Colombia. Talleres EOSGRAF S.A. Madrid, España. 1967    

.- Olavarría, Jorge: Dios y Federación, Fundación para una Nueva República. Caracas, marzo 1988

.- Donís Ríos, Manuel: “De la Provincia a la Nación. El largo y difícil recorrido hacia la integración político-territorial de Venezuela (1525-1935). Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Estudios, Monografías y Ensayos. Caracas, octubre 2009

.- Mena Moreno, José Rafael: Diario Histórico de Venezuela. Universidad Central de Venezuela, OBE. Organización de Bienestar Estudiantil. Imprenta Universitaria de Caracas. Caracas, 1969

.-  Academia Nacional de Historia y Banco Central de Venezuela. Colombia: siendo una relación geográfica, topográfica, agricultural, comercial, política &c. de aquel pays, adaptada para todo lector en general, y para el comerciante y el colono en particular. Caracas, noviembre 2014

Nota: el presente artículo es un resumen de un trabajo (ejercicio) mayor realizado en el marco del seminario que sobre la Gran Colombia se realiza en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). No se incorporaron aspectos tratados por otros autores considerando sus derechos de autoría intelectual.

@migonzalezm                                                                
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              


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