El
estudio de la historia de los movimientos comunitarios y sus asociaciones se
enmarcan dentro del campo de la llamada historia social. Los movimientos
sociales (comunitarios) constituyen parte de la dinámica de las sociedades,
cuya consideración como objeto de estudio social e histórico ha venido
creciendo durante los últimos años.
Eric
Hobsbawm en su ensayo titulado “de la Historia Social a la Historia de la
Sociedad” (1970) ubicó el estudio de los movimientos sociales y las protestas
sociales como parte de la actividad investigativa de la historia social. De la
misma manera, la actividad de los movimientos comunitarios también se relaciona
con otros aspectos de la historia social como son los estudios
urbanos y los estudios relacionados con los grupos sociales y la modernización
y cambio de las sociedades.
El
estudio de los movimientos comunitarios también son parte de aquella “historia
de los de abajo”, “de la gente corriente” y que prefiero llamar historia de las
bases, por su origen y procedencia. La historia de las bases es aquella que se
desarrolla en los cimientos de la sociedad y que incluso puede afectar la dinámica y el destino
de la sociedad sin dejar de ser anónima y estar en la base de esa sociedad. La
actividad de los movimientos sociales y comunitarios ha sido constante y
universal y se traduce en la defensa de intereses específicos como son la
propiedad de la tierra, el acceso a servicios públicos y la defensa de derechos,
entre otros.
En
Venezuela, la investigación histórica de los movimientos comunitarios es casi
inexistente o en el mejor de los casos, se encuentra en estado de gestación.
Con esto no afirmo que no se hayan realizado estudios sobre la historicidad de
los movimientos vecinales, de cierto ha habido investigaciones sobre su
desarrollo, pero las mismas se desarrollaron en el ámbito politológico y
ubicadas temporalmente en la década de los años ochenta. Fuera de ello, nos
encontramos con un panorama histórico inexplorado.
En
realidad, los estudios históricos sociales en Venezuela se refieren a aspectos
temáticos que si bien se encuentran vinculados a sectores de actividad social
como la salud, la educación, la nutrición no comprenden el origen de los
movimientos sociales y menos aún de la propia sociedad civil. La historia
social venezolana de manera principal alcanza a la comprensión de la evolución
del movimiento obrero y de los sindicatos. Sin embargo, la investigación sobre
otros sectores sociales y sus respectivos actores es poco frecuente o al menos
poco difundida y, aquí nos referimos a los movimientos feministas, a los
movimientos juveniles, a la acción de la banca, la industria y comercio, a los
movimientos culturales y a las ideas y mentalidades predominantes en la
sociedad civil venezolana, a la historia de las ciudades, entre otros.
En
el marco de los estudios de postgrado en Historia de la Universidad Católica
Andrés Bello (UCAB) nos planteamos desarrollar una línea de investigación
vinculada a los movimientos sociales y comunitarios y, por ende, a un enfoque
histórico social y más específicamente de bases (o de los de abajo). En ese
contexto, logramos identificar el origen de estos movimientos en el temprano
siglo XX (década de los veinte); así como la vinculación a reivindicaciones
sociales, su posterior reorganización como base de apoyo a los partidos
políticos democráticos (años cuarenta y cincuenta), su relanzamiento como
elementos de democratización del sistema político venezolano (años ochenta y
noventa) hasta su posterior cooptación por parte del Estado en los comienzos
del siglo XXI.
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