La masiva participación ciudadana
en el proceso de Primaria realizado el domingo 22 de octubre significó un
evento de especial trascendencia en el contexto político nacional con
proyección internacional. En efecto, casi 2.5 millones de personas atendieron
el llamado de la Comisión Nacional de Primaria, presidida por Jesús María Casal
y un equipo de destacados venezolanos[1]
que de manera voluntaria y altruista asumieron la organización y conducción de
ese proceso electoral junto a otros miles de venezolanos en todo el país (se
calcula que más de 36 mil voluntarios).
La base de apoyo de la Primaria
fueron los ciudadanos, integrantes de entidades no estatales y también la
militancia de los partidos políticos (sería una necedad negarlo). En la Primaria
no hubo vigilancia ni control de la milicia oficialista ni de ejército ni
tampoco participación de agencias estatales como el Consejo Nacional Electoral
(CNE). La Primaria fue un evento autogestionado y demostró de nuevo la
existencia de una reserva democrática dispuesta a participar y reivindicar el
sufragio, cuando es convocada por una dirigencia responsable y comprometida con
los valores de libertad, de paz y del progreso. De paso, la reactivación de esa
reserva democrática constituye un claro mensaje que no debe ser ignorado por el
liderazgo alternativo emergente en Venezuela, si quiere seguir avanzando.
A propósito del evento opositor, el
gobierno de Maduro-PSUV acumuló varias derrotas. La primera fue que no pudo
detener su realización de manera directa (y en realidad, hubiera sido un
desastre intentar detener a esa multitud ciudadana); tampoco pudo persuadir su
suspensión, pues no funcionaron ninguna de sus amenazas a los posibles
participantes tales como: la vigilancia de consejos comunales en algunas
barriadas, el retiro del Sistema Patria, de las bolsas CLAP e incluso del
servicio de gas comunal[2].
Pese a ello, la gente hizo caso omiso y salió a participar.
De igual manera, no fue efectiva
la campaña desatada por las redes sociales y que con distintos argumentos
intentaron desanimar a la ciudadanía; también toda la campaña propagandística en
contra de la Primaria y su comisión organizadora desplegada por líderes del
PSUV, desde el canal del Estado fue un fracaso. Por último, tampoco funcionaron
el bloqueo informativo el propio día de la Primaria ni el posterior saboteo al
sistema informático usado por los convocantes. En síntesis, el evento electoral
de la oposición resultó un éxito.
La reacción oficialista no se
hizo esperar. El PSUV viéndose derrotado tanto en la opinión pública como en el
sentir del público, ejecutó una doble acción de represalia contra el evento de
la oposición democrática. Por una parte, la Fiscalía General de la República
(FGR) citó a determinados integrantes de Comisión Nacional de Primaria y, por
otra, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declaraba nulo los efectos del
evento realizado por la ciudadanía que simplemente ejerció su legítimo derecho
a la participación. Las medidas tomadas por el bloque oficialista redundaron en
su propio desprestigio a nivel nacional y también en la comunidad internacional,
desde donde se hicieron reclamos a la conducta del régimen. A todas luces
quedaba develado de nuevo la naturaleza autoritaria e intolerante del régimen
que incluso compromete el cumplimiento de los acuerdos de Barbados que habían
facilitado un levantamiento temporal de las sanciones económicas. Sin duda, una
decisión política errada.
Quizá, con la intervención de la
FGR, el oficialismo busque hostigar a los equipos técnicos de la Comisión
Nacional de Primaría tratando de golpear el capital organizativo que quedó
demostrado e instalado por el proceso de la Primaria. Es obvio que el PSUV necesita,
como condición para su permanencia en el poder, que el bloque democrático se
mantenga desunido y sin una organización política eficaz. Por otra parte, la
sentencia del TSJ, salvo ratificar el cuestionamiento de judicial del régimen,
no cambia para nada el hecho real y efectivo de que María Corina Machado
obtuviera una holgadísima victoria en una medición libre, voluntaria y cívica
destinada a elegir una candidatura presidencial (90 % de la votación). Ese
hecho y su correspondiente sentimiento de victoria no va a cambiar por una
sentencia.
Otra situación es la
inhabilitación que gravita sobre la Sra. Machado y que constituye un caso
político muy interesante; pues a pesar de que la Contraloría General de la
República (CGR), adoptó la decisión para impedir el ejercicio de sus derechos
por 15 años, la ciudadanía que participó en la Primaria la eligió como su
abanderada presidencial, desatendiendo esa decisión y los constantes
recordatorios de la misma. En otras palabras, se produjo una clara expresión de
desobediencia civil (de forma pacífica y constitucional) en contra lo que se
considera una violación de las libertades y derechos fundamentales en
Venezuela. Visto así, quedó planteado un pulseo para 2024 entre el Estado,
dirigido por una elite que solo piensa en su beneficio como casta, y el resto
de la ciudadanía venezolana que de nuevo muestra su fortaleza y disposición a la
lucha por el cambio democrático.
La Primaria dejó otros hechos. Uno
de ellos está relacionado con los pronósticos agoreros sobre los partidos
políticos vinculados al G3 (Un Nuevo Tiempo, Movimiento Primero Justicia y Voluntad
Popular). En efecto, desde las redes sociales se apuntaba a que tales partidos
mantendrían una posición en contra la primaria e incluso auguraban su desaparición
como organizaciones políticas. En realidad, esos pronósticos fallaron
estruendosamente pues no sólo los partidos políticos del G3 permanecieron y
contribuyeron de manera decisiva al desarrollo exitoso del proceso; sino que
además reconocieron y apoyaron sus resultados; incluyendo al tradicional partido
Acción Democrática (AD-resistencia), cuyo candidato Carlos Prosperi, sí
expresara críticas al proceso. Los partidos siguen allí, vivos y con cierto capital
político y organizativo que será indispensable y decisivo para los comicios presidenciales
de 2024 y generales (Asamblea Nacional, Gobernaciones y Consejos Legislativos,
Alcaldías y Concejos Municipales) de 2025.
Otro hecho a destacar fue el
beneficio que dejaron los acuerdos firmados en Barbados. Cabe mencionar que, la
Comisión Negociadora dirigida por Gerardo Blyde[3]
logró establecer los puentes necesarios que permitieron el espacio político
para la realización de la Primaria y la liberación de un grupo de presos
políticos. Y este aspecto es necesario señalarlo porque la negociación y el
diálogo habían sido satanizados por algunos sectores de la propia oposición, que
por cierto ahora deberán recoger sus palabras. Los acuerdos de Barbados fueron
tan trascendentes que luego de la decisión del TSJ sobre nulidad de la Primaria,
el gobierno de Maduro-PSUV quedó en una situación muy comprometida e incómoda a
nivel internacional.
Un aspecto a destacar fue la decisiva
interacción de los ciudadanos y ciudadanas de la tercera edad. Sí esos viejos que
salieron a defender sus convicciones democráticas y cuya participación fue un
elemento trascendental que fortaleció la elección del 22 de octubre. También
cabe resaltar la activa participación las mujeres en todo el proceso de
organización y realización de la Primaria. Las mujeres (abuelas, madres, hijas,
hermanas, esposas o novias) les ha tocado vivir y presenciar la dura separación
de núcleos familiares. Y tal vez, la nota más opaca fue la relativa
participación de los jóvenes en el evento, lo cual constituye un asunto que
habrá que revisar con cuidado.
Después de todo y quizá lo más
importante son las enseñanzas que nos deja la Primaria:
1.- Venezuela aún cuenta con una
sólida reserva democrática comprometida con la participación
2.- la unidad de los partidos, la
sociedad civil organizada y lo liderazgos locales fue estratégica en el evento
3.- a los partidos políticos les
toca comprender el momento y las exigencias de la población en general
4.- fue decisivo actuar con
coherencia y de acuerdo con los objetivos estratégicos PLANTEADOS
6. quedó claro que el camino es
el pacífico, político y electoral
7.- el canibalismo entre
opositores no conduce a nada positivo y
8.- finalmente se valoró la
importancia de la negociación y de los acuerdos que dieron el soporte final
para la Primaria.
El gobierno de Maduro-PSUV aún no
está derrotado, lo sabemos. Pero la Primaria significó la realización y la victoria
de la esperanza. De una esperanza de cambio por la libertad y el bienestar que
merecemos todos los venezolanos sin exclusión. Ya tenemos una ruta fijada y sostenida
en esa esperanza del cambio, toca ahora continuar en esa dirección con más
unidad. Y María Corina Machado, como candidata electa, refleja aquella
frase de representar un “sentimiento nacional”; una frase que encarna a aquellos
líderes que tienen entrada y aceptación en todos los estratos poblacionales del
país; esa condición no es cualquier cosa porque encierra la responsabilidad
vital de honrarla todos los días.
[1]
La Comisión Nacional de Primaria está integrada
además de Jesús María Casal (quien la presidió) por Mildred Camero, Ismael
Pérez, Corina Yoris, Carmen Grijalba, Roberto Abdul y Guillermo Tell Aveledo;
entre otros venezolanos. Los miembros de la Comisión Nacional de Primaria
pertenecen tanto a la Academia como a la sociedad civil y son independientes de
toda militancia partidista.
[2]
Los consejos comunales, los comités locales de
alimentación y la prestación de servicio de gas doméstico en las barriadas
populares han venido siendo utilizadas como parte de la arquitectura para
controlar a las comunidades, en nombre de un supuesto poder popular.
[3]
Los acuerdos de Barbados fueron firmados en fecha
17 de octubre de este año por las partes negociadoras que representaban a la
Plataforma Unitaria Democrática, con Gerardo Blyde como Jefe de la Delegación,
y Jorge Rodríguez, Presidente de la Asamblea Nacional, como representante del
gobierno de Nicolás Maduro. Los acuerdos de Barbados buscan crear condiciones
para la realización de elecciones presidenciales en 2024, bajo condiciones
libres y democráticas.
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