He estado mirando algunos de los
capítulos de la serie Games of Thrones (GOT) que está repitiendo la cadena HBO
por su canal Signature y, en realidad valga reconocer que, la saga aún mantiene
su atractivo. Por otra parte, leía en estos días, en una de las columnas de
opinadores de GOT, (Los Siete Reinos) que los propietarios de HBO; es decir,
Warner Brothers se planteaba racionalizar la producción y la emisión de nuevos “spin
off” de la exitosa serie original, considerando evitar así un posible cansancio
de la audiencia en el tratamiento de la temática.
Así se puso en duda, la
producción de una secuela protagonizada por Jon Snow después que se había
especulado bastante de su realización basada en la presunta aprobación de
George R.R. Martin el creador del multiverso de GOT y de House of Dragon (HOD)
que se estrenó con singular éxito el pasado año 2022. Al parecer, HBO si
lanzará una secuela denominada “El Caballero de los Siete Reinos” que si bien
estará ambientada en el metaverso de GOT se mantendrá con relativa independencia
de sus sagas antecesoras.
El criterio de racionalizar productos
de TV dedicados a GOT resulta lógica y razonable, por las más elementales
reglas del mercado: saturarlo no es lo más recomendable. Sobre todo, si se
atiende a la sobre saturación de héroes de fantasía; tales como: Spiderman, la
Liga de la Justicia y sus representantes individuales (Mujer Maravilla, Aquaman,
Flash, Linterna Verde y, por supuesto, los clásicos Superman y Batman), el
multiverso Marvel; además de otros con menos espacio. En realidad, ahora
pareciera haber demasiados superhéroes y un solo planeta que salvar. Hay una
trama muy repetida y ese “más de lo mismo” afecta -sin duda alguna-, este
segmento del mercado del entretenimiento audiovisual.
Es cierto que, GOT y HOD ocupan
un segmento aparte, pero también pudiera verse afectado. Quizá, lo que más
desaliente es la no aprobación final del proyecto “Snow” con Kit Harrington a
la cabeza, porque para muchos (entre los cuales, me incluyo) significaría una especie
de revancha frente al maltrecho final de GOT infortunadamente producido por
dueto de “showrunners” Weiss y Benioff. Pero, al margen de querer una enmienda
imposible del impresentable final de GOT, cabe preguntarse si ¿acaso queda algo
que contar sobre Jon Snow fuera del contexto de la serie matriz? Por otra parte,
¿vale la pena emprender la producción de esta serie sin conocer el desarrollo
final de los textos pendientes de Martin, “Vientos de Invierno” o “Sueños de
Primavera”? La respuesta pareciera ser negativa.
De la literatura del viejo George
R.R. Martin se deriva -sin lugar a duda-, un metaverso sin igual y que hasta
quizá no tuviera parangón ni agotamiento a largo plazo. Pero las previsiones
ante la naturaleza del mercado siempre se imponen. En todo caso, la secuela de “Snow”
está en suspenso o inmersos en sueño digno de una preproducción inacabada.
Pregunta absolutamente
marginal: ¿por qué la programación de Simple TV es tan repetitiva?
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