Lo primero que deben tener claro los distintos factores de oposición es que, uno de los pre-candidatos de los que debatieron el pasado Domingo 4-D será su abanderado presidencial; luego de las primarias del 12 de Febrero de 2012. Otra cosa es que, en ese tipo de eventos no necesariamente se expresan los lineamientos finales de gobierno; pues estos están siendo elaborados por los equipos técnicos de la Mesa de la Unidad Democrática. Un elemento importante es que, los debates sí nos muestran la formación ideológica y la capacidad de respuesta de cada precandidato; así como sus potencialidades de liderazgo. Cabe agregar que, todos los precandidatos tienen una excelente calidad profesional y, trayectoria política y social.
Hasta el presente, se han realizado dos debates. Uno liderado por voceros estudiantiles de las distintas universidades del país y, otro realizado en una planta televisiva privada en la que las preguntas fueron formuladas y expresadas sólo por periodistas. Ojalá que, si acaso llega a efectuarse un tercer debate entre los candidatos, las preguntas puedan ser preparadas y comunicadas pos voceros de gremios, movimientos sociales, comunidades organizadas o por consultores especializados para elevar el nivel de las preguntas y las exigencias a cada precandidato. Esto permitiría también dar mayor participación e inclusión a las fuerzas vivas del país, en un debate que les incumbe.
Lo que sí ha quedado perfectamente establecido es que existe en Venezuela un sector ideológico comprometido con métodos democráticos y, respetuoso de la diversidad política existente, que se está organizando de manera firme y progresiva para enfrentar exitosamente las elecciones del próximo año. En este sentido, el trabajo realizado en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD); bajo la coordinación de Ramón Guillermo Aveledo ha sido impecable y determinante en la construcción de la plataforma de la alternativa democrática. La unidad de los factores democráticos constituye hoy, una realidad política con posibilidades de acceder al gobierno en Venezuela, en el corto plazo.
De los debates, he podido identificar dos bloques de candidatos. Uno, cuyo discurso contiene una visión mucho más amplia y con sentido de “gobierno real” y otro, dependiente y en busca del “antichavismo”, como piso electoral para las primarias. En el primer bloque, ubicaría fundamentalmente a Henrique Capriles y a Pablo Pérez y en menor grado a Leopoldo López; mientras que en el segundo bloque, estarían en grado de “progresivo radicalismo”: María Corina Machado, Diego Arria y Pablo Medina. Las primarias marcarán la percepción del electorado nacional sobre los precandidatos; es decir, cada precandidato será marcado para el futuro por su mensaje.
Hasta ahora, -y esa pareciera ser la tendencia de la opinión del público-, Pablo Pérez y Henrique Capriles son quienes han venido consolidando sus simpatías electorales; tanto por su experiencia como por su liderazgo, pero sobre todo porque han sabido transmitir cercanía, confianza y seguridad en sus intervenciones. Eso es clave. Además, poseen maquinarias y alianzas con liderazgos regionales importantes que serán decisivos y determinantes en la movilización del 12 de Febrero de 2012, que debería estar sobre los 2.5 millones de electores; aproximadamente.
Lo más importante de todo este proceso es la lección democrática que los seis aspirantes siguen dando. Por supuesto, sabemos que hay dificultades de diversa índole (eso es totalmente cierto); pero también sabemos que ahora existe una plataforma unitaria que incentiva a soñar con una Venezuela democrática, libre y socialmente responsable.
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