Una de las manifestaciones más genuinas del poder popular lo constituye el voto. El ejercicio libre del voto está consustanciado con una visión democrática del mundo, que reconoce la pluralidad de enfoques y los respeta, sin más hegemonía que la establecida en las leyes. Es por ello que, la realización de las elecciones primarias para la escogencia de los candidatos y candidatas (a los cargos de Presidente, Gobernadores y Alcaldes) del sector democrático constituye la reivindicación plena de la participación, la inclusión y la legitimación popular de un conjunto de candidaturas que se perfilan victoriosas, en el próximo proceso de cambio que se avecina en Venezuela.
El bloque oficialista ha terminado perdiendo “la compostura”; tanto por los acuerdos unitarios alcanzados por los factores democráticos en la Mesa de la Unidad como por la inminente realización de las primarias del 12-F. Desde el propio Jefe de Estado; pasando por dirigentes del PSUV, ministros y otros voceros subalternos han manifestado su hostilidad hacia el proceso de consulta popular y democrática. Lo que ocurre es muy simple: el bloque oficialista está atrapado en su “visión totalitaria y maniquea de la sociedad”. Por lo tanto, no aceptan que otros factores políticos se desarrollen y mucho menos, que se ponga en “riesgo” su permanencia en el poder.
Nadie niega que haya dificultades en la organización de este evento por su alto costo, por la diversidad entre los factores participantes e incluso por el temor de ciudadanos y ciudadanas a ser perseguidos por el gobierno nacional si deciden ir a votar. Sin embargo, las primarias del 12-F -de realizarse finalmente-, representarán una derrota contundente a esa concepción totalitaria y estatista que se quiere imponer desde el actual gobierno. Las primarias representan; sin lugar a dudas, la suma de esfuerzos de todos aquellos sectores sociales y políticos que vindican la democracia, la pluralidad, la inclusión y la libertad.
A diario, miles de voluntarios, militantes de partidos e independientes se preparan para dar forma y soporte a un proceso de consulta inédito y, por ende, histórico en el país. Y es que, las primarias constituyen una movilización política y electoral; pero también representan un amplio movimiento ciudadano de carácter ético que podría rescatar el verdadero sentido de la participación y la inclusión popular, con independencia de los resultados numéricos que obtengan los distintos candidatos que compiten en el proceso; y sobre todo, frente a las presiones directas e indirectas ejercidas desde la maquinaria estatal, bajo el control del chavismo.
A un mes de las primarias, ya hay un clima de cambio y renovación en el país. El próximo 12-F, el pueblo venezolano tendrá la oportunidad de construir desde la base -con su voto y con su participación libre-, una alternativa distinta al autoritarismo y a la exclusión política. Ese día se sentarán las bases del verdadero retorno hacia la democracia; partiendo de la expresión de la soberanía popular.
@migonzalezm
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