Lo que ocurre en Venezuela es dramático; pero alentador. Mientras el gobierno central y el resto de la institucionalidad pública celebró el pasado 4 de Febrero, los 20 años de un golpe de Estado contra un presidente electo popularmente, la constitucionalidad y la democracia como modelo de vida; el resto del país presta atención a otra celebración: las primarias del 12-F que permitirán la elección de los candidatos de los sectores democráticos a la Presidencia de la República, Gobernaciones y Alcaldías. Justamente, esa dualidad expresa con suma claridad las dos visiones ideológicas que se vienen enfrentando en Venezuela: la militarista contra la democrática.
En este contexto, los preparativos de las primarias van a su ritmo natural. Así se preparan: centros de votación, máquinas y cotillones electorales, instructivos, operativos, alimentación, personal de las mesas, testigos, totalizadores y hasta observadores. Se organiza un amplio operativo para recibir a todos aquellos venezolanos y venezolanas que acudirán llenos de esperanza a votar por el candidato de su preferencia. En realidad, nos enfrentamos a una oportunidad única y formidable para establecer un precedente de pedagogía política; frente al oscurantismo autoritario que se promueve desde el oficialismo.
Sobre la realización de las primarias ha habido muchas especulaciones previas; tanto positivas como negativas. A estas alturas, las nubes van quedando detrás y frente al país se abre una nueva realidad política. No cabe duda que, cientos de miles de venezolanos participarán en unos comicios inéditos que incluso han despertado el interés internacional al ofrecer -ante el mundo-, los esfuerzos políticos unitarios de la oposición venezolana, para rescatar la democracia en el país. Es por ello que, hay que entender que las primarias no son una dádiva; sino una auténtica conquista de la población venezolana que ha recuperado su espacio, frente a las tendencias autoritarias del gobierno de turno.
Las primarias también han mostrado otra forma de hacer política; otro discurso fundamentado en la proposición y la apuesta a la unidad incluyente. De hecho, se han convertido en un amplio movimiento social y político en todo el país, que dará una plataforma de legitimidad popular y participativa a cada uno de los aspirantes electos para cada una de las candidaturas en competencia. Pero además, las primarias representan una renovación política y esperanzadora para toda Venezuela; incluso para esa “Venezuela aún oficialista” que tiene ante sí, un nuevo referente democrático sólido e incluyente que le invitará -muy seguramente- a reflexionar.
Yo votaré, este Domingo 12-F con alegría, con entusiasmo y con la firme convicción que estamos abriendo las puertas al cambio popular y la democracia con responsabilidad social, con paz y con prosperidad para todas y todos.
@migonzalezm
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