Próxima ya la fecha (Sábado, 5
de Enero) de la instalación de la Asamblea Nacional para el período legislativo
2013, la incertidumbre política persiste y se acentúa en Venezuela; pues la
desinformación sobre el verdadero estado de salud del Presidente de la
República sigue siendo el factor predominante. En ese contexto, los factores de
la oposición democrática venezolana han venido manejando el tema de una manera
si se quiere responsable; asumiendo una vocería unitaria por medio de la Mesa
de la Unidad Democrática (MUD); enmarcando su posición en el marco de lo que la
Constitución establece (artículo 231) y, desechando de plano, un enfoque
electoralista de la delicada situación política que atraviesa el país.
En realidad, le corresponde a
los factores agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) mantener el
hilo constitucional como el factor de equilibrio político frente al equivocado
manejo político que ha venido dando el Partido Socialista Unido de Venezuela
(PSUV) que trata de ubicar el tema de la salud del Presidente dentro de un
ambiente de polarización política. La MUD al reclamar el apego a los
procedimientos establecidos en la Constitución Bolivariana, no hace otra cosa
que reivindicar la preeminencia del Estado de derecho y el resguardo de las
condiciones democráticas; aún vigentes en el país. Con esta posición se rescata
en algún grado, la deteriorada institucionalidad política venezolana.
Un elemento importante a
destacar de la actuación institucional y responsable de los sectores
democráticos, ha sido su expresión unitaria por medio de la MUD. De esta forma,
las posiciones políticas de la oposición
cobraron mayor fuerza y alcance al conciliar a la diversidad de los factores
integrantes de esa coalición política. También de esta manera, la MUD consiguió
afianzarse -al menos por ahora-, como la instancia de coordinación de políticas
más importante de los factores alternativos al chavismo oficialista. El otro aspecto
importante de los sectores democráticos viene dado por la postergación de la
cuestión electoral de carácter presidencial. Sin lugar a dudas, esta posición
es una muestra de madurez política del bloque opositor.
La coyuntura política actual;
sin embargo, no ha postergado ni eximido a los factores que integran a la Mesa
de Unidad Democrática (MUD) de realizar una reflexión con carácter estratégico
y visión de futuro; luego de las dos derrotas político-electorales que sufriera
en los comicios presidencial y regional realizados en Venezuela durante el último
trimestre del año pasado. La MUD debe ser revalorizada y fortalecida como instancia
de coordinación e incluso de dirección política por los factores partidistas y
no partidistas que la conforman. Se trata de superar en lo posible la visión
fundamentalmente electoral que ha predominado en esa instancia, hasta ahora.
Un comentario adicional debo
referirlo a la recomposición de la MUD. En efecto y, luego de los 2 procesos
electorales (Octubre y Diciembre, 2012) la instancia que agrupa a las fuerzas
opositoras comienza un proceso de reordenamiento que supone la consolidación del
Movimiento Primero Justicia (MPJ) como principal partido de fuerzas
alternativas al bloque oficialista; así como la permanencia de Acción Democrática
(AD) como tercera opción y el surgimiento de Voluntad Popular (VP) liderado por
Leopoldo López, como un partido nuevo y en ascenso. Por otra parte, es notorio
el declive de organizaciones como Un Nuevo Tiempo (UNT) y el partido Copei.
El comportamiento político y
constitucional de los sectores democráticos venezolanos será decisivo para
evitar la concreción de políticas inadecuadas; por parte del bloque oficialista
en el corto plazo. Pero por encima de todo, la cuenta regresiva transcurre para
la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), de manera inexorable, para que
comprenda y asuma de manera plena el acompañamiento de las luchas populares por
el mejoramiento de su calidad de vida. Si lo factores de la MUD no asimilan
esto, se habrá perdido el tiempo.
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