Se demostró que hace falta diálogo de verdad
La Mesa de la Unidad Democrática asume, como siempre, su responsabilidad ante el país. Ratifica su disposición al diálogo sincero para trabajar juntos en la solución de la crisis. No solo la de orden político, especialmente aguda en estos días, sino también la económica y social, cuyos síntomas de escasez, precios altos y pérdida del valor de la moneda, reclaman a gritos atención.
Lo ocurrido ayer en la llamada “Conferencia para la paz”, confirma que el gobierno se presenta como promotor del diálogo sin comprometerse a nada. Comprendemos a las personas y organizaciones que fueron, con toda legitimidad, a plantear su visión de los problemas que, como quedó evidenciado, son muchos. Por canales informales y fuera de cámara, así como a través de muchas declaraciones, los empresarios, los economistas, la academia, y la oposición le han dicho todo eso antes al gobierno. Pero no les han hecho caso.
Destacan del miércoles intervenciones como la del periodista Vladimir Villegas quien explicó la incidencia de la desconfianza que el Gobierno no disipa en el conflicto político, y la radiografía de la crisis económica presentada, desde sus respectivos puntos de vista, por el presidente de Fedecamaras Jorge Roig y el empresario Lorenzo Mendoza. No hay mejor desmentido a la propaganda de la “guerra económica”. Por otra parte, se echó en falta la voz de los trabajadores organizados. FADDES ni UNT fueron invitadas, la CTV tampoco estaba, los problemas laborales no se escucharon en la “conferencia”.
El país oyó voces distintas a las gubernamentales, eso es positivo, aunque las sumergiera en una paridad falsa con su propia voz coreada por sus repetidores sectoriales. A pesar de su objetivo propagandístico, la “conferencia” no pudo evitar que quedaran en evidencia los problemas económicos que el Gobierno se resiste a admitir y la grave cuestión de la desconfianza. Más allá de las palabras, sigue faltando una agenda o plan de trabajo para iniciar el proceso de atención urgente a los graves problemas que confrontamos los venezolanos.
Maduro no emitió, lo que Villegas llamó una señal de confianza, para hacer creíble que aquella era una reunión de trabajo y no un entretenimiento bien montado. Muy por el contrario, mientras transcurría la actividad en Miraflores, en Cumaná la Guardia Nacional arremetía brutalmente contra manifestantes, lo que arrojó varios heridos y cerca de 20 detenidos. También se formaliza la orden de captura contra nuestro compañero Carlos Vecchio, cuando ya se sabe que tienen detenidos a los responsables de las muertes del 12F y que son agentes del SEBIN ¿Es esa una señal de confianza para ir al diálogo con el gobierno? La represión no acerca, aleja, y el Gobierno no muestra escrúpulos por su uso extensivo. Más grave aún, ni siquiera una mención hizo el Gobierno a los quince muertos por causa de estos días de violencia. Esa insensibilidad debilita la credibilidad de la intención de diálogo que se proclama.
Hemos insistido en que el diálogo comienza por el respeto. La Mesa de la Unidad está dispuesta a dialogar, pero con seriedad, firmeza y respeto que promuevan el mínimo indispensable de confianza.
Ratificamos nuestra disposición al diálogo y le proponemos que se establezcan bases reales para hacerlo, con una agenda precisa, metodología previamente convenida y participación de terceros de buena fe, sean nacionales o internacionales.
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