El capítulo de cierre de la
quinta temporada de la popular serie de televisión “Games of Thrones” (GOT) parece
indicar que, el juego se termina para las familias que se disputan el trono de
hierro. El auto-aniquilamiento progresivo e inequívoco de los Baratheon,
Lannister, Stark y Targaryen, los deja a merced de los “Caminantes Blancos” y,
su innumerable y auto-sostenible ejército de zombies; quienes se han convertido
en favoritos de última hora para quedarse en forma definitiva con los Siete Reinos.
La historia de GOT se desarrolla
en un mundo medieval, mágico y cruel que se encuentra en una guerra feral por
el control absoluto del poder sobre los siete reinos. Por lo tanto, el hilo
conductor de la historia es el proceso auto-destructivo de esa sociedad
medieval sujeta a las disputas de unas élites que no les importa el costo
social de su guerra; salvo que afecten la provisión de soldados o recursos para
derrotar a su enemigo de turno. En ese contexto, la muerte de cualquier anónimo
villano de Winterfell o del miembro de cualquier clan familiar siempre estará
presente.
Así pues, presenciamos en una
trabajada historia que ya llega a los seis años, la defenestración azarosa o
concertada de cada uno de los actores componentes de esa sociedad medieval que en
su lucha ignora los beneficios de la convivencia o el acecho de sus verdaderos
enemigos detrás del muro, “los Caminantes Blancos”. De hecho y, como aficionado
a la teleserie de HBO, me parece que el único chance de sobrevivencia del mundo
de Westeros radica en el clima y la geografía; ¿podrán acaso los caminantes
blancos y su ejército de “walking dead medievales” cruzar mares y aguantar el cambio
climático, que supone ir del frío norte al cálido sur?
Una de las situaciones más
difíciles, para los seguidores de la saga GOT es esperar un final feliz. Y en
efecto, considerando los personajes de la teleserie cabría preguntarse: ¿un
final feliz para quién? En medio del juego “perder-perder” que se desarrolla en
la serie esa posibilidad parece absolutamente negada; salvo que ocurriera una
milagrosa unidad o consenso político entre las familias sobrevivientes (y cabe
agregar, que los Bolton están fortalecidos) para cogobernar los Siete Reinos. Y
aún así, ¿significaría una salida consensuada entre los protagonistas un final
feliz?
El problema básico de GOT es su
propia riqueza conceptual y dramática que a mi modo ver, atentó contra el
tiempo y el costo de producción televisivos. En las novelas de George R. R.
Martin, hay una buena cantidad de tramas principales y sub-tramas de mucha
riqueza literaria y dramática. En tal
sentido, resulta comprensible la desaparición
de personajes y en consecuencia de su desarrollo temático, en la producción
televisiva implementada por los productores. Ya van cinco temporadas de una
producción de alta calidad; tanto en su concepto como en su realización y, quedan
muchas interrogantes por resolver.
En realidad, la serie “Games of
Thrones” de la cadena HBO y basada en la saga de novelas del reconocido
escritor George R. R. Martin nos presenta una sociedad medieval decadente; pero
mágica, con su belleza y crueldad inherentes, que contiene la eterna lucha entre valores
positivos y negativos, prístinos y oscuros. Como aficionado de GOT, reconozco que
disfruté mucho de sus protagonistas y su lucha individual por su sobrevivencia.
@migonzalezm
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