Este domingo 14 de abril y, luego
de un año de espera se estrenará a nivel mundial el primer capítulo de la
temporada final de la saga producida por HBO “Games of Thrones” (Juego de
Tronos). Esta serie televisiva de muy sonado éxito nos presentó durante ocho
temporadas (con un intermedio de un año)
las peripecias de cuatro “familias de la nobleza” (más por su origen, que por
sus intenciones) que se pelean por mantener o acceder al ejercicio omnímodo del
poder en el Reino de Poniente; un mundo creado por la imaginación ilimitada de
George R.R. Martin.
De la serie hay que rescatar sus
altos niveles de calidad en cuanto a su producción, su realización y su puesta
en escena. No en balde, GOT se logró mantener con altos niveles de audiencia
durante casi una década; además de recibir una buena cantidad de reconocimientos
de la crítica especializada. Una característica de su calidad es que pese a que
su naturaleza argumental carece de toda lógica por la presencia de “individuos y
entidades” que generan situaciones absolutamente surrealistas (hay un personaje
que resucitó 6 veces), la serie valora la importancia del uso del “conocimiento
científico”, de la acción del capital y, por supuesto, del predominio de la
política como los medios relevantes en la resolución de los conflictos, que le
dan vida.
La trama central es la lucha por
el poder en el bizarro continente de Westeros (Poniente) entre distintos segmentos
de una nobleza tiránica y que se sustenta en la relativa resignación y
estoicismo de la mayoría de una población que, según el punto de vista de los “showrunners”
aguanta; tanto a su pobreza como la incertidumbre de un futuro incierto y casi
negado. Y en efecto, en el ambiente de GOT la única opción de subsistencia -de
esa población de presencia difusa en la serie-, es servir a una nobleza distraída
en destruirse a sí misma sin contemplaciones. En tal sentido, es difícil que la
serie tenga un final feliz entre tanta destrucción, quemazón y muerte, salvo
que el final sea ese: el cese de una guerra por un “trono de hierro”, sin
importar quien gane.
Rescato el valor que se otorga a la
ciencia y al conocimiento. Es sobresaliente esa valoración. El conocimiento
resguardado en bibliotecas celosamente guardadas de la posible curiosidad
invasiva de algún individuo no perteneciente a la élite. Pero en realidad, será
el estudio de la ciencia y su aplicación la que aportaría soluciones para la
sanación de Jorah Mormont o para la derrota del gran enemigo de todo Poniente
como es el “rey de la noche”. La participación de los capitalistas (que nunca
pueden faltar) en el conflicto por medio del Banco del Hierro, es otro elemento
destacado y realista en el desarrollo de la trama. Y es que para financiar una
guerra no basta la magia; pero lo que sí es decisivo es la participación de un banco
aunque sea de hierro, para contratar mercenarios.
Rescato en la cuestión política, al
clan Lannister que destaca por bastante. La acción del pequeño Tyrion ha sido
brillante; tanto en su propia defensa como en la articulación de alianzas. Como
espectador me impactó mucho el discurso de Cersei Lannister frente a sus
banderizos y, ante el representante del Banco de Hierro, defendiendo su reinado.
Ella representa la estabilidad y lo mejor del presente, mientras Daenerys
Targaryen representa la revolución y el caos. En este campo, los Stark son la encarnación
de una ética estoica y austera. Esa posición les puede hacer chocar con la
misma piedra muchas veces, con tal de mantener la lealtad a sus principios. Los
Stark sacrificados a lo largo de la serie están muy cerca de cobrar una buena
tajada del poder político en Poniente, todo dependerá del buen juicio de Sansa.
Y es que, Sansa Stark constituye la opción política más razonable entre los
extremos que representan Cersei y Daenerys, a la hora de una posible redistribución
del poder. Y aquí aprovecho para destacar el papel determinante que siempre desempeñaron
las mujeres en algún momento de la saga, me refiero a Oleanna Tyrell,
Melisandre, Brienne de Tarth, Meera Reed
o Arya Stark.
A lo largo de todos estos años
(incluyendo el año de receso), “Juego de Tronos” creó una subcultura mediática
y comercial que logró capitalizar una amplia audiencia alrededor de todo el
mundo. En ese contexto y, como un subproducto emergieron los youtubers y
comentaristas de la serie de relativa calidad y de acierto variable. Y en realidad,
hay muchos de ellos en habla hispana. En los últimos tiempos surgió una
polémica entre HBO y uno de ellos, (@frikidoctor) en torno a la publicación de
spoilers que hiciera el mencionado youtubers en su canal sobre el primer
episodio de esta temporada final. La disputa HBO-@frikidoctor tuvo un final
agridulce; pues la productora televisiva logró censurar al comentarista y, este
se libró de una demanda ante los tribunales estadounidenses y pudo seguir
transmitiendo; aunque sin spoilers.
Nos acercamos pues, hacia el
final del “Juego de Tronos” con la expectativa de quien sobrevivirá a unas tormentosas
batallas entre las fuerzas del ejército de unos muertos caminantes (guiados por
unos hombres de hielo) contra las fuerzas de la vida, que aún peleándose entre
sí, defienden lo mejor que tienen, de la mano de un resucitado: Jon Snow.
@migonzalezm
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