martes, octubre 08, 2024

La Mentalidad Venezolana de la Emancipación (1810-1812) de Elías Pino Iturrieta (Reseña)

 


Una nota sobre el autor

Elías Pino Iturrieta nació en Maracaibo (1944). Es Licenciado en Historia por la Universidad Central de Venezuela (UCV, 1966) y Doctor en Historia por El Colegio de México (1969). Ha ejercido la docencia y la investigación en la UCV y en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Fue Decano de la Facultad de Humanidades de la UCV, Presidente de la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Galleos (CELARG), Vocal principal del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), Director del Instituto de Investigaciones Históricas y Coordinador del Doctorado en Historia de la UCAB. Es Numerario de la Academia Nacional de la Historia y Editor Adjunto del diario El Nacional.

El Dr. Elías Pino Iturrieta -a lo largo de su carrera como investigador-, ha producido numerosos y trascendentes trabajos sobre el proceso histórico venezolano que han cimentado el acervo historiográfico del país. Entre sus obras destacan: “La mentalidad venezolana de la emancipación, 1810–1812”, “Ideas y mentalidades de Venezuela”, “Fueros, civilización y ciudadanía”, “Venezuela metida en cintura, 1900–1945”, “El divino Bolívar”; entre muchas otras.

El tema central de la obra

La investigación fue elaborada como tesis para optar título de Doctor en Historia, por el autor en en El Colegio de México en el año 1969. El texto se ubica como una investigación historiográfica centrado en el estudio de las ideas que fundamentaron la acción de los grupos que les tocó dirigir el proceso revolucionario independentista entre los años 1810 y 1812.

El estudio; según el propio autor se aleja del tradicional “relato bélico” de la independencia de Venezuela. En tal sentido, se produce un refrescamiento de la narrativa histórica venezolana que rescata la visión civil y política de ese proceso, ahora lo predominante el nacimiento de una nueva mentalidad en Venezuela, una mentalidad cuestionadora del sistema ideológico sustentador del régimen colonial y propiciador del cambio histórico en el país.

Con La Mentalidad Venezolana de la Emancipación 1810-1812 se narran las peripecias de los inicios del pensamiento emancipador venezolano; mediante el rescate de las críticas de Simón Rodríguez o los escritos revolucionarios de Miguel José Sanz o las propuestas revolucionarias de Manuel Gual y José María España. Así también, cobran protagonismo los medios de comunicación de aquella época; los cuales durante algún tiempo estuvieron al servicio de la causa independentista; tales como: la Gazeta de Caracas, el Mercurio Venezolano, el Semanario de Caracas, el Publicista Venezolano o El Patriota Venezolano.

La obra está organizada en tres partes claramente diferenciadas dentro de un hilo conductor: el surgimiento y desarrollo un nueva mentalidad emancipadora en la Venezuela de principios del siglo XIX, de los tiempos de la primera República entre 1810 y 1812, con el propósito de construir una identidad colectiva alrededor de la independencia.

La primera parte, titulada “En Venezuela se gesta una nueva mentalidad” nos lleva a conocer los inicios del pensamiento contestatario y modernista en la Venezuela de finales del siglo XVIII; mediante “cierta literatura exótica” proveniente de Europa y más específicamente del cercano Caribe. Así, el ideario renovador, portador de “gérmenes de libertad” comenzó a circular en la colonia y Capitanía General, gracias al intercambio mercantil con la metrópoli, que mediante sus dos modalidades, una la formal y la otra el contrabando trajo consigo adosado, textos con ideas libertarias.

En este primer segmento se puede conocer que la aceptación de las nuevas ideas modernistas pasó por el tamiz de la discusión y el debate entre los miembros de la élite de la sociedad colonial venezolana conformada por los mantuanos. Como testimonios de la nueva mentalidad emancipadora se destacan los trabajos críticos y alternativos de Simón Rodríguez¹ (en el tema educacional), la crítica social de Miguel José Sanz² y el fallido movimiento pro-independentista encabezado por Manuel Gual y José María España³ en 1794.

La segunda parte del texto titulada “La nueva mentalidad se expresa en los impresos públicos” presenta la presencia de la mentalidad revolucionaria en Venezuela en los medios impresos públicos durante el período 1810-1812; tales como: la Gazeta de Caracas⁴, el Mercurio Venezolano⁵, el Semanario de Caracas⁶, El Publicista de Venezuela⁷ y el Patriota de Venezuela⁸. Un elemento importante de esta parte es la presencia de los Derechos del Hombre y del Ciudadano como parte ideológica de la nueva mentalidad emancipadora venezolana de comienzo del siglo XIX. Así mismo, se recoge como parte de la propaganda impresa la Justificación de la Independencia y la visión que tenía la vanguardia intelectual independentista sobre los Estados Unidos de América.

Se recoge en este segmento, el debate ideológico en torno a la libertad de culto en la Venezuela que surgía a principios del siglo XIX en medio de una férrea tradición religiosa y donde la fe católica ocupaba un lugar prevaleciente.

La tercera y última parte de la investigación, titulada “La nueva mentalidad no es homogénea” se plantea en torno a la heterogeneidad y diversidad del pensamiento modernista a principios del siglo XIX. Al respecto, se consideran los planteamientos del padre Juan Navarrete⁹; así como también los planteamientos de Juan Buscat¹ᴼ, Francisco Espejo¹¹ y Juan Germán Roscio¹². En la acera de enfrente se ubica a Monseñor Narciso Coll y Prat¹³, destacado crítico y opositor al avance de las ideas modernistas en la Venezuela colonial; pero revolucionaria.        

Los fundamentos argumentales

La investigación historiográfica desarrollada por el autor es un estudio ideológico; es decir, de las ideas que orientaron la acción de un movimiento social contestatario al régimen establecido en la Venezuela colonial. No cabe duda que para el autor, las ideas son el motor de la acción de los hombres y, esto ocurre con mucha más fortaleza cuando de por medio se encuentra un proceso de cambio social, como lo fueron los inicios de la gesta emancipadora venezolana.

Las ideas también contribuyen a la formación de colectividades; mediante la construcción de identidades, propias o asimiladas de otras partes, de otras culturas; pero que en algún momento o circunstancia de una región sirven para la conformación de un nuevo Estado, de una nueva nación. Con esa visión se aborda la llegada de la denominada modernidad a la Venezuela colonial, que para principios del siglo XIX; aún continúa siendo una Capitanía General más del impero español; pero que comienza a recibir insumos que edificarán una nueva mentalidad, ahora emancipadora.

Así, la obra nos recrea en el origen paradójicamente europeo del pensamiento independentista en Venezuela y que se convirtió en una herramienta incruenta y “cuya semilla trataron de desarraigar con afán los ejércitos del rey y buena parte de los venezolanos amigos de la metrópoli” (Pino, 1972). Por supuesto, las ideas que forjaron el ideario independentista asimilado por la élite colonia, no surgieron de un día para otro; sino que esas visiones modernistas fueron llegando y abriéndose espacio en los círculos mantuanos de Caracas, que así recibieron otra lectura ideológica del ordenamiento social y político del mundo.

En el texto, el centro de la narración histórica independentista deja de lado el tradicional enfoque belicista y pasa a ser una reconstrucción del pensamiento cívico y político que dio impulso a una gesta emancipadora. Bajo este enfoque historiográfico y cultural se va a construir una relación directa y coherente entre una visión ideológica y una acción política. La idea, la mentalidad prevalece sobre la acción, las críticas de Miguel José Sanz o la intentona de Gual y España en (momentos y circunstancias distintas). Por ejemplo, no constituyeron manifestaciones espontáneas ni obedecieron a un mero sentimiento libertario y voluntarista; sino que bajo esas expresiones intelectuales y políticas yacía una arquitectura de conceptos, que una vez asimilados indujeron a la acción.

El hecho de que el proceso libertario se iniciara con base a la construcción de un fundamento ideológico y no militar, no supuso una ausencia de confrontación y debate entre los actores involucrados a favor o en contra del ideario emancipador naciente. Y allí, justo se trabaja el tema periodístico y propagandístico. En efecto, el estudio historiográfico contenido en La Mentalidad Venezolana de la Emancipación 1810-1812, acude a los repositorios históricos de ideas por excelencia, como son los medios impresos públicos; pues al decir del autor serán los órganos mediante los cuales se expresan los argumentos y las promesas insurgentes, en un mecanismo que visto en conjunto, se muestra coherente a pesar de pequeñas variantes que resaltan en algunos en particular, especialmente en el respectivo proceso de introducción de la ideas modernas y a su forma de expresión, más no en lo tocante a la base de las argumentaciones (Pino, 1972).

Junto con la valoración de los medios impresos como estandartes de ideas y proposiciones socio-políticas, se mencionan cuatro documentos alrededor de aspectos cruciales en la conformación de una plataforma ideológica para la Primera República 1810-1812; a saber: el debate sobre el contrato social¹⁴,  la publicación de los Derechos del Hombre y del Ciudadano¹⁵, el debate sobre la libertad de culto¹⁶ y la Justificación de la Independencia de Venezuela¹⁷.

Junto a los manifiestos documentales, se agrega la diversidad de enfoques sobre las ideas modernistas que sirvieron de plataforma a la gesta independentista en los albores del siglo XIX; mediante la cita de intelectuales contemporáneos que compartieron o debatieron los intentos por construir una identidad nacional; uniendo factores políticos y culturales.

Balance crítico

El estudio de la mentalidad venezolana de principios del siglo XIX ofrece -en efecto-, una visión de las ideas predominantes en la vanguardia social y política, que le correspondió dirigir los  inicios de  de la lucha independentista en Venezuela. Esa visión de los valores predominantes se encuentra fundamentada en la investigación historiográfica desarrollada por el autor. La investigación historiográfica acudió a una revisión bibliográfica; así como a la  consulta de fuentes de los testigos de la época.

 Un elemento sustancial de la investigación sobre La Mentalidad de la Emancipación 1810-1812 fue la revisión de la prensa caraqueña de la época que permitió conocer en dos momentos diferentes (como fueron el inicio y la caída de la Primera República) el posicionamiento comunicacional y, por lo tanto cultural del ideario independentista en los medios de comunicación. Un ejemplo claro, al respecto lo representa la Gazeta de Caracas que transitó momentos editoriales contrapuestos; bajo el breve período independentista y bajo el retorno de la administración colonial.

La Mentalidad Venezolana de la Emancipación nos ubica en las potencialidades que pueden tener un conjunto estructurado de ideas y valores culturales (aunque no necesariamente de la mejor manera) para impulsar la creación de identidades colectivas, en torno a ciertos y determinados valores abstractos -pero reales- como lo son: la libertad, la independencia y, por ende, la construcción de algunas nuevas naciones; tal como en efecto, ocurrió en la América colonial española.

Las ideas que dieron sustento a la emancipación americana llegaron justo del viejo continente, vinieron entre mercancías y contrabando de una Europa que había comenzado a una renovación ilustrada. Pero además esas mismas ideas tuvieron otros portadores como los llamados “diabólicos luteranos y calvinistas” y, los también perseguidos curas holandeses. No pudo la censura del Consejo Real ni tampoco la aplicada a los estudiantes de la Universidad de Caracas impedir que esas ideas llegaran y renovaran la mentalidad de la élite mantuana (y quizás de otros sectores sociales menos favorecidos y también silenciados) y, se convirtiera en elemento que articuló lo ideológico y lo cultural para crear una nueva identidad.

La Mentalidad Venezolana de la Emancipación nos recuerda y nos advierte la característica relacional de las distintas manifestaciones culturales, sociales y políticas que se entrelazan para abrir oportunidades a que grupos humanos se arriesguen a cambiar su tiempo.

 

NOTAS

¹ Simón Rodríguez, el maestro de nuestro Libertador Simón Bolívar, representante de la visión crítica del sistema educativo colonial, en 1794 presentaba “Unas reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras y medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento” en dicho trabajo ya comenzaban a verse los inicios de la modernidad en el corazón del sistema colonial: su sistema educativo.

² Miguel José Sanz, además de su actividad editorial en el Semanario de Caracas donde expresó su visión crítica y social es autor del “Discurso pronunciado en el acto solemne de instalación de la Real Academia de Derecho Público y Español” (18-12-1790) y el “Informe sobre la Educación Pública durante la Colonia” inicia el desmarque del viejo pensamiento europeo.

³ Manuel Gual y José María España encabezaron un fallido movimiento pro-independentista que lejos de ser improvisado “ideológicamente” demostró, por el contrario, un importante tejido teórico. Así lo demuestran las Ordenanzas (preparadas para la revolución) y piezas discursivas como “Habitantes libres de la América Española”. Gual y España consideraban que los cuatro fundamentos de los derechos de los hombres eran la igualdad, la libertad, la propiedad y la seguridad.      

La Gazeta de Caracas. Le correspondió cubrir el final de la colonia y el nacimiento del nuevo orden republicano. En una primera etapa desde 1808 hasta abril de 1810 es un órgano difusor del régimen colonial; a partir de 1810 y hasta mediados de 1812 está alienado con la emancipación y el proceso independentista.

El Mercurio Venezolano circuló brevemente entre los meses de febrero y julio del año 1811. A pesar de su corta vida, sus páginas contienen importantes elementos modernistas y emancipadores. Este medio impreso sirvió al movimiento independentista para explicar el movimiento surgido en Caracas y sus principales postulados.

El Semanario de Caracas circuló entre noviembre de 1810 y julio de 1811. Reunió a dos editores con visiones contrapuestas Miguel José Sanz y José Domingo Díaz. Sanz estuvo encargado de la Sección de Política; mientras Díaz, era responsable de la Sección de Estadística. El Semanario de Caracas publicó una extensa teoría de la sociedad basada en la Ilustración europea.

El Publicista de Venezuela circuló entre los meses de julio y noviembre de 1811. Este medio impreso fue el órgano oficial del Congreso de la Primera República; cuyo objeto fue hacer públicas las deliberaciones y mandatos de la nueva magistratura.

El Patriota de Venezuela circuló entre el mes de enero de 1811 y enero de 1812. Fue el órgano de la Sociedad Patriótica y recogía los documentos de las sociedades patrióticas.

Juan Antonio Navarrete fue un sacerdote, filósofo e historiador que osciló entre la visión tradicionalista y el modernismo creciente en las colonias americanas. Si se quiere el Padre Navarrete representa una transición entre dos visiones de la vida. La tradicional basada en el pensamiento clerical y la insurgente y orientada hacia la modernidad.   

¹ᴼ Juan Buscat fue un abogado francés que dentro de su visión modernista propuso un proyecto de reivindicación de los aborígenes vecinos a Barcelona; así como también un amplio proyecto de reurbanización de esa ciudad denominado: “Proyecto de mejora para la ciudad de Barcelona”. Buscat representa el espíritu de modernización que comenzaba a dominar en la Venezuela colonial.

¹¹ Francisco Espejo, destacado revolucionario que se caracterizó; sin embargo, por sus posiciones marcadamente anticlericales, de acuerdo a ciertas ideas de la Ilustración europea.

¹² Juan Germán Roscio fue autor de un proyecto legislativo considerado como la base primaria de la Constitución Federal de 1811. Admirador de Inglaterra como centro de pensamiento y desdeñoso del pensamiento español, tuvo una obra escrita muy prolífica; siendo su texto más conocido: “El triunfo de la libertad sobre el despotismo”

¹³ Monseñor Narciso Call y Prats representa uno de los voceros más fuertes contra las ideas de la modernidad. Para el Obispo Call y Prats las Sociedades Patrióticas eran sinagogas, teatros de sesiones tenebrosas en donde nadie estaba seguro en medio de la oscuridad destinada a sus altercados violentos y sanguinarios.

¹⁴ El debate en torno el Contrato Social surgió debido a la propuesta de dividir a la Provincia de Caracas. Sobre el tema se enfrentaron dos sectores que utilizaron la Doctrina del Contrato Social a favor o en contra de la división de la provincia. La introducción de este debate se debió a una intervención de Juan Germán Roscio, quien planteó el cese del contrato con España; pero no la posibilidad de la división de la Provincia de Caracas.

¹⁵ La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano con varias máximas republicanas y un discurso preliminar a los americanos es considerada una pieza fundamental, para comprender la evolución de la dirigencia emancipadora. Fue publicado en 1811 con una “intención” didáctica y para que sus lectores pudieran tener una visión más exacta de los mandatos de la Independencia. 

¹⁶ El debate sobre la libertad de culto surgió por un breve escrito publicado por William Burke, en la Gazeta de Caracas (n° 20). Burke al defender la posibilidad de la libertad de culto tocó  profundas fibras de la cultura colonial tradicional, como lo era la religiosidad católica. 

¹⁷ El manifiesto que hace al mundo la Confederación de Venezuela en la América meridional fue un documento aprobado el 30 de julio de 1811, donde la dirigencia emancipadora justifica la independencia de Venezuela. En el mismo se citan los sucesos ocurridos en España y la negación de los derechos de conquista y poblamiento y, por último, la omnipotencia divina como justificativos a la independencia que recién comenzaba.

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