martes, enero 14, 2025

El surgimiento de las organizaciones vecinales en Venezuela en el contexto de la sociedad civil: 1933 – 1945

 NOTAS PARA EL CAPÍTULO I

  

El comienzo de los movimientos vecinales en Venezuela, o por lo menos su registro inicial, se ubica en el ocaso de la época gomecista en la década de los años treinta. Para ese momento, los partidos políticos y los movimientos sociales (como el de los trabajadores, de los estudiantes y de las mujeres) se convirtieron en los principales dinamizadores del cambio social en esa transición. Durante el período que va desde 1928 hasta 1941 se produjo un vasto movimiento de participación social que incluyó la formación de los partidos políticos modernos (1936-1941), de una incipiente sociedad civil y por supuesto, dentro de ella, de los movimientos vecinales. Así pues, que es en medio de ese contexto del surgimiento de los partidos políticos modernos, de las luchas sindicales y estudiantiles, de las luchas por los derechos de las mujeres y por los derechos sociales en general, que emergieron unas entidades conocidas como Ligas de Colonos, que han sido reconocidas como las primeras asociaciones comunitarias del siglo XX por la historiografía nacional.

 

Sobre la aparición de las Ligas de Colonos hay mucho que escribir, a pesar de cierto manto de opacidad que aún predomina a su alrededor, por la dificultad que supone el acceso a fuentes primarias y por el desapego que ha predominado sobre el tema comunitario. Por ejemplo, hay cronistas y académicos que ubican su conformación en los años veinte en la parroquia Santa Rosalía[1] lo cual implicaría una nueva periodicidad para su estudio. Otras opiniones como la del historiador Omar Alberto Pérez relatan

 

(…) como la organización comunitaria comenzó a gestarse espontáneamente durante el gobierno de Juan Vicente Gómez en 1934, con pobladores que participaron en la fundación de barrios caraqueños en San Agustín, La Vega y Antímano y crearon tales agrupaciones (…)[2]

 

Por otra parte, según el historiador local Agapito Hernández (2021) la Liga de Colonos de San Agustín del Sur puede ubicarse en 1936. Al respecto señala que,

 

(…) a comienzos del año de 1936, los habitantes de los diferentes sectores de la comunidad de San Agustín de las partes Norte y Sur, vieron la necesidad de unificar criterios en pro de las mejoras de los sectores y constituyen una de las primeras organizaciones parroquiales como fue "La Liga de Colonos". Integradas por profesores universitarios, dirigentes de partidos políticos, empresarios, comerciantes, la iglesia católica, estudiantes, obreros, amas de casas y autoridad civil. Durante su existencia la Liga de Colonos, logró muchas conquistas reivindicativas principalmente para los habitantes de la parte sur, como fueron pavimentación de algunas calles, alumbrado público, empotramiento de aguas servidas y aguas blancas, escuelas, dispensarios, el mercado libre en el antiguo Nuevo Circo de Caracas y rebaja de los precios de los terrenos. Asimismo, fue una escuela de formación de luchadores sociales de diversos sectores sociales. Pero su mayor logro fue el decreto de elevación como Parroquia Civil, publicado en la Gaceta Municipal, Número Extraordinario del martes 22 de diciembre del mismo año.[3]

Un detalle interesante es que, en la primera reunión de la Liga de Colonos de San Agustín participaron un conjunto de personalidades políticas cuyo liderazgo prometía y perfilaba un alcance nacional. Nos referimos a Rómulo Betancourt[4], Rodolfo Quintero[5], Gonzalo Barrios[6], Olga Luzardo[7] y Alejandro Hernández[8]. Estos personajes representaban posiciones políticas distintas como la socialdemócrata (Betancourt, Barrios) y la comunista (Quintero, Luzardo). Dichas posiciones mantuvieron durante décadas un debate sobre las políticas de organización y dirección del movimiento popular y comunitario. En otras palabras, la Liga de Colonos tuvo una alta valoración en el ámbito político y social para el encuentro, la discusión y la preparación de acciones reivindicativas de esa comunidad, lo cual le otorgaba una trascendencia que definiría las posibilidades de organización y gestión de otras comunidades en el futuro.

¿Pero quiénes eran aquellas personas llamados y conocidos como colonos cuyas dificultades y precariedad social lograron reunir a factores políticos y sociales de distinto signo ideológico? Los colonos no eran otros que ocupantes de terrenos públicos y privados ubicados en la ciudad de Caracas y que habían venido a la capital buscando la posibilidad de construir una vida distinta. Los colonos también constituían una masa de trabajadores que residían en las pensiones y los albergues marginales caraqueños con poca calidad habitacional.

Los colonos no eran los vecinos habituales en una ciudad en transformación urbanística y en medio de una transición y cambio político. Los colonos se convirtieron en habitantes de quebradas y cerros que aspiraban a una mejor calidad de vida y decidieron organizarse y unir esfuerzos en función de satisfacer ciertas demandas relacionadas con el mejoramiento de su calidad de vida. Así, de manera espontánea e inducida por otros actores sociales se reunieron y se conformaron las Ligas de Colonos como expresión originaria de lo que sería con el tiempo una poderosa fuerza social como el movimiento vecinal.

Ahora bien, el dato más cercano y preciso sobre las Ligas de Colonos lo encontramos en el Diario El País (1944) que recoge en su edición de 8 de febrero de ese año la elección de una nueva Junta Directiva para la Liga de Colonos de San Agustín[9]. Según la nota periodística, la entidad vecinal comenzó a funcionar en 1936, siendo legalizada en febrero de 1937. La nueva Junta Directiva de aquella Liga de Colonos estaba encabezada por Baldomero Istúriz y también participaron en la misma las señoras Julia de Romero y Margarita Monje. La entidad vecinal contaba con 358 integrantes.

Entre sus principales logros -en sus ocho años de trayectoria-, se mencionan la rebaja del 50% del valor del terrenos que ocupaban los colonos, la municipalización del acueducto que antes era de propiedad particular, la rebaja del 50% de los derechos de agua a los colonos menos pudientes, la donación de terrenos en la parte este del barrio Marín hecha por Juan Oramas, la gratuidad de los derechos de cloacas para los menos favorecidos y hasta una donación hecha a la Liga por el Gobernador Elbano Mibelli[10] para mejorar su local y para obras sociales.

Margarita Monje y Julia de Romero destacaron la existencia del comité de damas de la entidad, así como también construcción de un dispensario y un baño en el local de la liga para los visitantes. En la nota de prensa del diario El País se interrogó a los miembros de la Liga de Colonos sobre la actividad del concejal Gonzalo Barrios de quien refirieron

el concejal ha trabajado mucho, lo mismo que Manuel Martínez cuando era concejal y ahora que es suplente. El Dr. Barrios lo hemos visto todo hasta debajo de los puentes y todo estamos contentos con él.[11]

Con respecto a la actividad de la Liga de Colonos, Rómulo Betancourt la destaca como  una entidad conformada por sectores de la sociedad de la época en favor de las personas más vulnerables y que vivían bajo los puentes de San Agustín

(…) el festival organizado por Manuel Martínez y otros ciudadanos progresistas de San Agustín en favor de quienes viven bajo los puentes de ese barrio. Alcanzó a un remanente líquido de Bs. 1.803, cantidad entregada a la Junta Administradora de la Liga de Colonos de San Agustín como producto de esa velada. Y al registrar estos hechos queremos evitar que los profesionales de la cortesanía capitalicen, en favor de los gestores de la cosa pública, una iniciativa de raíz y de intención popular[12]

En síntesis, podemos concluir en una primera instancia que la Liga de Colonos de San Agustín fue pionera en la organización y desarrollo de los movimientos vecinales en Venezuela entre 1934 y 1944. Sin embargo, la actividad de las otras Ligas de Colonos de las parroquias de Antímano, Santa Rosalía y La Vega quedan aún bajo el manto de opacidad ante la escasez de registros históricos que no han podido ser ubicados hasta el presente.

La historiografía también nos señala que las Ligas de Colonos fueron substituidas por las Juntas Promejoras (1939), estableciéndose una relación directa entre ambas. Sin embargo, la Liga de Colonos de San Agustín funcionó por lo menos hasta 1944, con lo cual su actividad fue simultánea con la realizada por la Junta Promejora. Una hipótesis es que, las Ligas de Colonos quizá hayan cesado en sus funciones a raíz del golpe de Estado de 1945 cuando se produce un replanteo de las relaciones políticas en Venezuela y entre otras cosas por el proceso constituyente de 1947.

Un comentario adicional es que las Juntas Promejoras fueron impulsadas desde el Estado por iniciativa del gobierno de López Contreras, aunque algunos investigadores señalan que su creación obedeció a una acción concertada de las fracciones de concejales del Partido Democrático Nacional (PDN) y del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en el Concejo Municipal de Caracas en 1939.

Al respecto, el historiador George Olliver comenta

(…) ese mismo año, el Ayuntamiento creó sus primeras Juntas Pro-Mejoras (responsables del desarrollo urbanístico) a nivel parroquial y de barrio, así como en Ligas de Colonos (asociaciones de colonos). Un líder de AD llamado Gonzalo Barrios, también se propusieron en pie de formar un consejo ejecutivo humanitario llamado Junta Pro-Habitantes de Puentes y Quebradas (consejo para los habitantes de puentes y barrancos) …[13]

Un dato cierto es que las Juntas Promejoras tuvieron una larga durabilidad, pues su presencia comprendió desde su aparición a finales de la década de los treinta y hasta 1978, año en el que se aprueba y se promulga la Ley Orgánica de Régimen Municipal. Es decir, las Juntas Promejoras se mantuvieron como las entidades de participación comunitaria dominantes en todo el país como genuina expresión de los movimientos comunitarios y vecinales. Igualmente, las convierte en la columna vertebral y el hilo conductor para la comprensión de grupos vecinales posteriores, incluyendo tanto a las asociaciones de residentes (creadas a partir de 1958), como a otras manifestaciones comunitarias como los comités prodefensa, los comités de conflicto y las asambleas de barrio surgidas en las décadas de los años setenta y ochenta. Cabe agregar que, la larga trayectoria institucional de las Juntas Promejoras abarcó a todo el territorio nacional.

Las Juntas Promejoras fueron un acontecimiento nacional o por lo menos, no estrictamente focalizado en Caracas. Al respecto, González Oquendo[14] nos ofrece desde Ciudad Ojeda, estado Zulia, una visión descentralizada del tema,

 

(…) organizadas a partir de finales de la década de 1930, desde el Gobierno Nacional, se promovió la constitución de órganos de participación ciudadana (…) Tuvieron diversos nombres aunque su objetivo era el mismo: Juntas Promejoras, Juntas Pro-Desarrollo de la Comunidad, Juntas de Bienestar. (…). Las Juntas Promejoras no eran sólo un acto de pura voluntad general.

   

En el estado Zulia y, partiendo de los datos de González Oquendo se puede identificar Juntas Profomento o Promejoras en esa entidad, tales como: las Juntas Profomento de las comunidades de Las Morochas (1941), de Ciudad Ojeda (1942), la Junta de Lagunillas (1941), la Junta de Bienestar de la comunidad de Tesajeras (1941) y las Juntas Promejoras de Sierra Maestra (1959) y del barrio Campo Mío (1959). Por otra, parte, en los barrios del norte de la ciudad de Barquisimeto también se promovió la creación de Juntas Promejoras.

Una de las Juntas más antiguas de la que se tenga noticias es la creada en el litoral central (Departamento Vargas) en la comunidad El Caribe[15], según registros locales. Otro ejemplo de la expansión de las Juntas Promejoras y de su lucha por el mejoramiento de las condiciones de vida en su sector, fue la establecida en el barrio San Miguel Arcángel en Petare[16], donde se señala también la creación de una asociación de vecinos. La comunidad de El Güire[17] nos presenta otro claro ejemplo de la función de organización comunitaria y su relación con las Juntas Promejoras. También en Carrizal (estado Miranda) encontramos varias experiencias tempranas de lucha vecinal por medio de las Juntas Promejoras, como la comunidad “José Manuel Álvarez”[18].

Un aspecto curioso y relevante es la superposición en la historiografía entre las Juntas Promejoras y las Juntas Profomento pues distintos autores las asimilan como si fueran una misma entidad. En algunos casos se considera a las primeras como entidades destinadas fundamentalmente al desarrollo y al mejoramiento urbanístico; mientras que en la segunda estuvieron dedicadas al fomento de la actividad económica y social. En todo hay datos sobre la actividad reivindicativa de las Juntas Profomento un ejemplo de ello fue la protesta contra los caseros en 1939 (por alto costo de los alquileres) lo que finalmente motivó a que el presidente López Contreras, decretara la regulación de los alquileres de vivienda. A propósito de esta decisión pública, el Partido Democrático Nacional (PDN) promovió en 1939, la organización de las Ligas de Inquilinos como una expresión vecinal que atendiera y apoyara las reclamaciones de la población en esa área. Estas Ligas de Inquilinos se basó en la experiencia de las Ligas de Colonos como instancias de organización vecinal. Un comentario adicional es que en 1939 se constituyó una Junta Central de Coordinación de las Juntas Profomento en el Área Metropolitana de Caracas lo cual nos indicaría cierto grado de autonomía de estas entidades frente a las Ligas de Colonos y las Juntas Promejoras.

Podemos afirmar que las Juntas Promejoras fueron un fenómeno asociativo nacional, en la cual participaron tanto el Estado como los movimientos vecinales de la época, y que estuvo asociado al mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades más débiles y a la organización de sus vecinos. En tal sentido, pensamos que ahora se puede percibir el nacimiento del movimiento vecinal con una perspectiva analítica, un tanto más amplia.

Las Juntas Promejoras (herederas de las Ligas de Colonos) sobrevivieron e incluso se convirtieron en un instrumento de colaboración con el Estado para la realización de programas públicos de atención a los sectores más vulnerables; así como también de intervención y competencia frente a otras formas de organización vecinal, como ocurrió en la ciudad de Mérida entre 1958 y 1959, con los Comités Prodefensa[19] (organizados por el PCV y el movimiento estudiantil merideño).

Con el caso de los Comités Prodefensa (de origen izquierdista) y las Juntas Promejoras (con incidencia de Acción Democrática) se van a comenzar a evidenciar las diferencias y las disputas entre las fuerzas políticas por el control político del país y, por ende, por asumir el control del movimiento vecinal que ya era una expresión social emergente. Las expresiones vecinales ya venían demostrando progresivamente su propia fortaleza y su capacidad de negociación con el gobierno, tanto en la formulación de reclamos como para la implementación de ciertos programas públicos. Pero a este asunto, nos referiremos más adelante.

Finalmente, en un comentario adicional parece importante destacar tres experiencias relevantes enmarcadas en el campo de la conformación del movimiento vecinal y que se originaron en el ámbito rural. La primera experiencia es la comunidad de Galipán ubicada en la fachada norte del Ávila en el estado Vargas; la segunda, corresponde al sector Los Manantiales en la zona de Hoyo de La Puerta de Baruta, en el estado Miranda. 

La comunidad de Galipán fundó su asociación de vecinos en el año 1982, y ¿tuvo relación con las experiencias previas vecinales a 1958? Pues sí las tuvo, pues esa entidad vecinal tuvo un origen agrícola-comunitario. Veamos.

 

(…) los habitantes de los cinco caseríos de Galipán (San Antonio, San José, San isidro, San Francisco y Manzanares) fundaron la Asociación de Vecinos de Galipán la cual tiene antecedentes en el Sindicato Agrícola fundado en 1946. Si dicho sindicato buscaba en sus inicios protegerse de los abusos de los patrones y dueños de las haciendas (…)[20]

 

Es decir, los sindicatos agrícolas cumplían una función de defensa de los derechos de las comunidades a las cuales pertenecían, tal como lo podría hacer una Junta Promejoras. Algo muy parecido ocurrió con los vecinos del sector Los Manantiales de Hoyo de La Puerta-Baruta que en el año 1950 y para defender el espacio que habitaban decidieron organizarse en una Liga Agraria que sería bautizada como “La Peñita”. Esta Liga Agraria “La Peñita” es considerada como la primera comunidad organizada que inició la lucha por defender sus tierras en el Área Metropolitana de Caracas[21] y, luego en 1980, también pasó a ser una asociación de vecinos.  El tercer caso (aunque no en orden cronológico) ocurrió a la inversa. Se trata de la fundación de la Junta Promejoras en el municipio Guevara (estado Nueva Esparta) en 1943[22]. Dicha Junta Promejoras se transformó luego -por decisión de sus integrantes-, entre ellos el célebre José Joaquín Salazar Franco, en una Liga Campesina. Lo relevante también de estos casos –y no dudo que haya algunos más-, es que Sindicatos, Ligas Campesinas y Ligas Agrarias, aún sin estar ubicadas ni pertenecer de manera directa a un espacio urbano, contribuyeron a la conformación del movimiento vecinal en Venezuela por los propósitos colectivos que se proponían alcanzar. Para los vecinos que se organizaron en esas figuras de participación, lo importante era defender sus derechos a la tierra, a la vivienda o al acceso a los servicios públicos.

 

[1] Eduardo Planchart. Historias de El Guarataro. Coordinador Proyecto de Historias de la Comunidad. Alcaldía de Chacao, Venezuela, 2006

[2] htpp:www.notitarde.com/notitarde/plantillas/columnista.asp?idart

[3] Agapito Hernández. De La Hacienda La Yerbera a la Parroquia San Agustín. Fundación Bigott. Caracas, Venezuela, 2017

[4] Rómulo Betancourt Bello fue un político y periodista venezolano. Presidente de Venezuela entre 1945 y 1948, llegando al poder mediante un golpe cívico-militar 1945, y luego constitucional en 1959-1964. Es considerado uno de los más importantes políticos venezolanos del siglo XX

[5] Rodolfo Quintero fue un político de pensamiento marxista, antropólogo, etnólogo, profesor universitario, escritor y dirigente sindical venezolano. Fue miembro fundador y militante del Partido Comunista de Venezuela (PCV)

[6] Gonzalo Barrios Bustillos, político y abogado venezolano, miembro fundador del partido socialdemócrata Acción Democrática, Gobernador del Distrito Federal, Secretario General de la Presidencia, Ministro del Interior y Presidente del Congreso de la República.

[7] Olga Luzardo fue una periodista, escritora venezolana, activista por los derechos de la mujer y dirigente histórica del Partido Comunista de Venezuela (PCV).

[8] Alejandro Hernández fue un comerciante, empresario y político venezolano. Miembro fundador de la Federación de Cámaras (FEDECAMARAS, 1944), primer presidente del Consejo de Economía Nacional (1946).

[9] Diario El País, Caracas, Venezuela, 1944

[10] Elbano Mibelli, político y militar fue Gobernador del Distrito Federal bajo la presidencia del General Eleazar López Contreras. Le correspondió patrocinar la realización del Plan Monumental de Caracas en 1939.

[11] Liga de Colonos de San Agustín. Los miembros de la nueva junta directiva nos hablan de sus propósitos. Diario El País. Ibidem, 1944.

[12] Rómulo Betancourt. Política en construcción de viviendas. Diario Ahora, Caracas-Venezuela, 1938

[13] George Ollivier. Democratizing the Republic by instituting the informal: the irregularity of the barrios

of Caracas and Venezuelan democratization (1941-1964), 2023.

[14] Luis González Oquendo, Acción Colectiva y Espacios de Poder en una ciudad-petróleo. Ciudad Ojeda, 1937-1989. Tesis de doctorado, Doctorado en Ciencias Humanas, Universidad del Zulia, Maracaibo, estado Zulia, 2013

[17] En El Portal del Güire, https://elguire.es.tl 

[19] María Inés Padrón, La historia de las organizaciones de base en los barrios populares de Mérida. En el contexto de consolidación democrático y urbanismo creciente (1958-1980), en Revista Fermentum, N° 8, N°21, enero-abril, pp. 77-96 Mérida, Venezuela, 1998.

[20] Tomado del portal del Instituto para el Mantenimiento del Patrimonio Cultural

[21] Hari Mompel, Participación, luchas y movimientos sociales urbanos: el derecho a la ciudad en el sector Hoyo de La Puerta, Baruta, estado Miranda. Ponencia presentada en la Semana Internacional de Investigación Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela, 2008

[22] En Fundación Cheguaco, www.cheguaco.org  

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