sábado, junio 24, 2006

¿HACIA UNA DEMOCRACIA TOTALITARIA?

La captura final de la sociedad venezolana continúa su desarrollo desde diversos frentes y con distintas modalidades. En la Asamblea Nacional se anuncian eventos para elaborar una propuesta de “organización única” para el movimiento popular. Así mismo, se propone la realización de cursos de “capacitación ideológica” dirigidos a los consejos comunales, para evitar su semejanza con las asociaciones de vecinos. Además, se discute el anteproyecto de una Ley de Cooperación Internacional, con la cual se ejercería un control tutelar sobre las organizaciones no gubernamentales.

Desde el Ejecutivo Nacional se anunció la revisión de las concesiones otorgadas a las empresas televisivas privadas; bajo la acusación de que las mismas conspiran contra los intereses del país. El Tribunal Supremo de Justicia con su decisión de suspender las elecciones estudiantiles en la Universidad de Los Andes (ULA), contribuyó también con su “granito de arena” a la creciente limitación de los derechos al protagonismo y a la participación de los venezolanos.

La persecución a opositores se ha hecho sentir con la penalización de la disidencia política. Detenciones, juicios e inhabilitaciones bajo una variada gama de acusaciones como: traición a la patria, conspiración, violación de tratados internacionales o irregularidades administrativas, parece ser la medicina recetada para cualquier crítico gubernamental o lider social que se torne “fastidioso”.

Todo parece indicar que iríamos hacia la extinción de la promesa básica de participación y protagonismo del pueblo, contenida en la Constitución Bolivariana. Comenzaría pues, a tomar fuerza en Venezuela la posibilidad de concretar un modelo de democracia totalitaria, sustentado en la imposición de una visión única e intolerante del mundo y de la sociedad.

Hasta el presente, el autoritarismo avanzó con base a la manipulación de la solidaridad social, de las necesidades populares; y sobre todo, aprovechando la impericia política del movimiento democrático venezolano.

¿Hay posibilidades de revertir las tendencias autoritarias que se avizoran cada día con mayor certeza? Por supuesto, que sí las hay. Con voluntad, unidad y organización es posible. El totalitarismo es inversamente proporcional a la organización y a la movilización popular. En la medida que, los ciudadanos defiendan sus espacios naturales de participación en forma democrática, incluyente y constitucional, el autoritarismo será progresivamente aislado y derrotado. No lo olvide.

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