De todos es sabido que los días
10 y 11 de abril, se celebrará en Ciudad de Panamá la VII Cumbre de las
Américas, espacio intergubernamental para el tratamiento de asuntos de interés hemisférico.
Esta VII Cumbre, tiene un especial atractivo por la reincorporación de Cuba a
este tipo de escenarios. También, y más aún para los venezolanos, la Cumbre de
las Américas posee un incentivo adicional por el pretendido enfrentamiento anti-imperialista
que viene impulsando el gobierno de Maduro, a raíz de la sanción del gobierno de
Obama, contra siete funcionarios venezolanos por presuntas violaciones a los
derechos humanos y actos de corrupción.
El gobierno venezolano llega al
encuentro hemisférico en unas condiciones políticas internas muy desfavorables.
Desbordado por la crisis interna del país y maniatado por su propia incapacidad,
la administración de Maduro ha emprendido una vasta campaña propagandística,
mediática y de calle que supone la recolección de diez millones de firmas bajo
la consigna: “Obama deroga el decreto ya”. Las firmas recogidas serían
entregadas al presidente estadounidense durante la Cumbre de Panamá, como una demostración
de fortaleza y soberanía frente al imperio.
En Ciudad de Panamá, la situación
será muy compleja pues, veintiún ex-mandatarios iberoamericanos han preparado
la “Declaración de Panamá” donde fijan posición sobre la violación de los
derechos humanos en Venezuela, y sobre la situación que atraviesan los presos
políticos en el país, entre los cuales destacan: Leopoldo López y los alcaldes
Daniel Ceballos (Municipio San Cristóbal) y Antonio Ledezma (Distrito
Metropolitano de Caracas) entre más de cuarenta disidentes detenidos. En tal sentido,
parece difícil que el gobierno venezolano impida que salga a relucir de nuevo, su
bajo desempeño democrático, en esa materia, frente a la opinión pública
internacional.
De igual manera, parece difícil
que Obama derogue las sanciones contra los siete funcionarios venezolanos, pues
de su lado también priva la fortaleza y la soberanía. En realidad, el gobierno
venezolano se encuentra muy presionado por su alto rechazo en la población; y
requiere con urgencia presentar ante “propios y extraños” algún éxito político
que le permita re-posicionarse o al menos, recuperar algunos puntos en las
encuestas de opinión. Quizás, las declaraciones que ofrezca Maduro a los medios, durante la VII Cumbre sirvan para continuar con la campaña propagandística
a su regreso al país, pero nada más. Una declaración anti-Obama luce
inalcanzable.
De todos es sabido, que en
Venezuela se realizarán elecciones a la Asamblea Nacional este año 2015. A la
fecha de hoy, los pronósticos
electorales no son favorables ni para la administración de Maduro, ni tampoco para
el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). De allí, que en esta
VII Cumbre de las Américas, el gobierno venezolano con su credibilidad en juego,
tratará de ocupar un lugar de protagonismo en Panamá, para comprar un poco de
tiempo ante su electorado.
@migonzalezm
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