La Asamblea General de la Naciones Unidas decidió en
fecha 31 de octubre 2003 mediante la Resolución 58/4 proclamar el 9 de
Diciembre de cada año como DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA CORRRUPCIÓN
como medio para aumentar la sensibilización respecto a las nefastas
consecuencias de las malas prácticas administrativas y de la corrupción en
general.
La corrupción puede ser definida como el abuso de un
funcionario público en beneficio privado en el que ese beneficio pueda darse ya
sea que el funcionario acepte el soborno o extorsione al perjudicado (Banco Mundial, 1997).
Desde nuestro punto de vista la corrupción constituye una
flagrante violación a los derechos humanos y una práctica que atenta contra el
verdadero sentido de la democracia y el bienestar y la felicidad de los
ciudadanos.
Entre los principales factores que fomentan las malas
prácticas administrativas y la corrupción podemos señalar:
.-Las formas autoritarias de gobierno.
.- La baja cultura ética de los funcionarios públicos y
los inadecuados programas de formación.
.- La impunidad de los funcionarios, por ausencia de
controles externos.
.- Las estructuras que concentran el poder en pocos
organismos de la administración central.
.- La dependencia del gobierno de sus financistas
electorales.
.- El peso del partido de gobierno en las
decisiones de política pública.
.- Las formas jurídicas que permiten un manejo
opaco de finanzas públicas.
.- La baja transparencia
de los actos gubernamentales.
.- La ausencia
de representantes de usuarios y beneficiarios en organismos que prestan
servicios; y la baja participación ciudadana.
.- Los procesos judiciales manipulados, lentos,
complicados y costosos.
.- La presión electoralista: “hacer lo que sea” para
ganar las elecciones. (Tomado
de “La cuestión ética en el sector público”. Jorge Etkin, 1996)
De manera lamentable, la percepción que se tiene
del alcance y del impacto de la corrupción en Venezuela es muy alta. En efecto,
en las últimas mediciones realizadas por la ONG “Transparencia Internacional”
sobre la percepción de la corrupción, nuestro país continúa ubicado en los
últimos lugares del ranking, como uno de los países con mayor índice de corrupción,
oscilado su posición entre la posición N°160 (del año 2013), la ubicación N° 161
(del año 2014) y la posición N° 158 (del año 2015).
La corrupción ligada directamente a las formas
autoritarias de gobierno y a la violación de los derechos humanos ocupa así un
lugar relevante en la agenda de los asuntos a cambiar en nuestro país. Y son
caminos hacia el combate de la corrupción en Venezuela, un cambio político
basado en la movilización social, las prácticas basadas en la transparencia y
la información, así como la eliminación de la impunidad mediante la aplicación oportuna
de la justicia.
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