Cambio de modelo y de gobierno
1. El cambio de gobierno y del actual modelo económico y
político de dominación y exclusión es urgente. Los venezolanos, sin distinción
entre opositores y partidarios del gobierno, no merecemos seguir sufriendo. Si
el gobierno de Maduro y su modelo continúan estaremos condenados a convertirnos,
dentro de poco, en la nación más pobre de América Latina, y en uno de los
últimos reductos de las dictaduras militaristas del planeta. Cambiar de gobierno
es hoy una necesidad impostergabley es una condición necesaria para atender las
necesidades de la gente que hoy no tiene acceso a los alimentos y medicinas,
que vive en la angustia permanente de la violencia y la inseguridad, que no ve
oportunidades para los jóvenes y los trabajadores, que no les alcanza su
salario para mantener a sus familias y progresar, y que le han cerrado sus
posibilidades de expresarse y elegir. Este es un grito que retumba en todas las
calles y rincones de nuestras ciudades, pueblos, barriadas y caseríos.
2. Para cambiar la presente situación sólo existen dos
caminos, el de la política y el de la violencia. La violencia es excluyente y
se reduce a destruir. Y detrás de ella sólo hay dolor, al que luego sigue una
inmensa y generalizada frustración, ya que la violencia no resuelve ninguno de
los problemas que pretende remediar, pero sí agrava los que existen. Es injusto
que el destino de un pueblo sufriente sea más dolor y daño. Venezuela no puede
estar condenada a ello.
3. El camino de la política, por el contrario, es
complejo porque supone construir. Y en el campo de la política existe un amplio
rango de herramientas de lucha cívica: organización popular, presión
internacional, movilizaciones, protestas, diálogo con el adversario, trabajo
electoral, huelgas, negociaciones, docencia social e incorporación de la
ciudadanía, por nombrar sólo las más importantes. Todas ellas son
complementarias e incluyentes, y ninguna puede ser dejada de lado. Hacerlo
puede significar el debilitamiento y eventual fracaso de la opción política y,
en consecuencia, correr el inmenso riesgo que en su lugar irrumpa la opción
violenta.
4. La lucha por superar la actual crisis, para lo cual el
cambio de gobierno y de modelo es condición imprescindible, debe aprovechar
todos los instrumentos de la Política. Debe entonces, en consecuencia, combinar
la necesaria presión popular y la organización de la ciudadanía, con una
estrategia agresiva, consensuada e inteligente en la mesa de diálogo.
5. Haber obligado al gobierno a sentarse a dialogar es un
triunfo innegable del pueblo democrático. Nuestra intención es reforzar la
alternativa del diálogo. Es necesario afrontar esta complicada y desigual fase
de la batalla política, luego del cierre de las salidas electorales,
acompañados de un testigo de excepción y de ascendencia insuperable, como es el
Vaticano, con gran confianza en la fuerza de la ciudadanía organizada y
activada.
Claves del proceso de diálogo
6. El trabajo político en la mesa de diálogo presidida por
la Santa Sede es difícil. La negociación será siempre asimétrica, porque el
poder institucional y de fuerza está en manos de la contraparte oficialista.
Para que el país democrático alcance logros y resultados concretos, hacen falta
en principio unidad de criterio y de acción.
7. La unidad política es ahora más necesaria e
imprescindible que nunca. La unidad política es unidad social, es concordia,
pero es, sobre todo, unidad de objetivos y trasparencia en las decisiones. No
sólo unidad de nuestro liderazgo democrático, sino la de todos los venezolanos
descontentos. Unidad en la movilización, en la perseverancia y en la estrategia,
que implica entre otras cosas enfrentar a la oligarquía gobernante con todas
las herramientas de la política. Se requiere un trabajo unitario para maximizar
y darle direccionalidad a la inmensa legión de los venezolanos ansiosos de
cambio, sin lo cual no pasaremos de ser una mayoría numérica,
pero políticamente desagregada y desorganizada.
8. La creatividad y la inteligencia, por el otro lado,
son esenciales. Para todos es evidenteque el gobierno quiere la mesa de diálogo
sólo para ganar tiempo y “enfriar” la presión popular, pero nunca para tomarla
en serio. Nuestro reto es que esa mesa se asuma como algo serio. Ello pasa, a
nuestro juicio, por 4 condiciones:
a.
Adoptar un compromiso de apoyo al diálogo como proceso
de negociación política, con etapas, pasos, tiempos, consolidación de hitos y
logros, identificación de alternativas, evaluación de resultados con el Vaticano
como mediador confiable. Es un proceso donde se ponen en tensión
las fortalezas, en la mesa y fuera de ella, para alcanzar logros tempranos y
resultados totales o parciales razonables.
b.
Exigir compromisos significativos y suficientes
garantías de cumplimiento de logros, que aseguren el respeto a los poderes
electos y al voto popular, como primer paso para propender a un cambio de
gobierno en el menor tiempo posible, evitando así que se generen nuevas y
mayores frustraciones en un pueblo cansado de tanta burla e indolencia
gubernamental.
c.
Atender con especial énfasis el tema de
la clara, precisa y oportuna información y comunicación a los venezolanos y al
mundo, asegurando la coherencia en el discurso y, de ser posible, la
unificación del mismo, con una eficaz gestión de medios, convencionales y
alternativos.
d.
Diseñar y conformar una plataforma de
conexión orgánica o de vasos comunicantes entre la MUD, por una parte, como
participante directa en la mesa de diálogo, y los actores, organizaciones y
movimientos sociales, por la otra, que son los participantes indirectos en esa
instancia.
Al tiempo que se desarrollan estas actividades, directamente
relacionadas con la mesa de diálogo, es conveniente que las organizaciones
políticas y sociales consideren y adelanten un conjunto de acciones populares que
conformen un ambiente favorable para lograr los mejores resultados, como por
ejemplo:
a.
Presentar a los venezolanos una propuesta
clara que invite a reconstruir el país, sobre la base del compromiso de
conformar un Gobierno de Unidad Nacional con todos los sectores, amplio e
incluyente, que haga énfasis primordial en la atención inmediata a la grave
situación social y económica de nuestros compatriotas, y que incluya una
propuesta de lineamientos principales del próximo
gobierno.
b.
Promover la declaratoria de amplios y diversos
sectores y organizaciones no partidistas a favor del cumplimiento de la
Constitución, y exigir el respeto a su legítimo derecho constitucional a
protestar y realizar movilizaciones en respuesta a las políticas equivocadas
del gobierno.
c.
Convertirla mesa
de diálogo en herramienta política para la organización popular, para impulsar
la docencia social y la protesta ciudadana.Una forma de hacerlo es debatiendo y discutiendo en asambleas ciudadanas
los detalles del proceso, recoger impresiones y recabar cuestionamientos y
sugerencias.
d.
Impulsar un movimiento amplio de defensa de la constitución
y la democracia, para ampliar y maximizar las
voluntades en favor del cambio político democrático.
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