Ayer, miércoles12 de julio de 2023 se efectuó en el Aula Magna
de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el evento denominado “Hablan
los Candidatos” que reunió a ocho de los catorce precandidatos de la oposición
que participarán en la Primaria -que organiza ese sector-, para escoger
mediante el voto directo, universal y secreto el candidato que enfrentaría al
candidato oficialista del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en los
comicios programados para el año 2024.
Los ocho precandidatos que asistieron al encuentro también
denominado “debate” fueron Tamara Adrián, Andrés Caleca, María Corina Machado, César
Pérez Vivas, Carlos Prosperi, Delsa Solorzano, Luis Superlano y Andrés
Velásquez. La dinámica del evento estuvo estructurada con base a rondas de
preguntas preelaboradas y un antes (con presentación) y un mensaje final. Los
candidatos pudieran agruparse en dos segmentos; a saber: los veteranos donde
incluyo a María Corina Machado, César Pérez Vivas, Delsa Solórzano, Luis
Superlano y Andrés Velásquez; y los más bisoños donde estarían Tamara Adrián,
Andrés Caleca y Carlos Prosperi.
No discuto el nivel de expectativa y el alcance relativo del
debate en la opinión del público nacional; pero sí destaco la capacidad de
trabajo de los organizadores en presentar un evento comunicacional plural y
diverso, en un país donde justamente predomina la censura y la autocensura de
los medios informativos privados y, también y mucho más en los medios informativos
estatales. Así, desde un principio, la realización del debate ya constituye un
logro político importante.
El debate de los candidatos demostró a todo el país y, sobre
todo al gobierno de Maduro-PSUV que existe una alternativa política democrática
competitiva que avanza en su organización interna y que tiene vocación de
poder, ciertamente con distintos grados de claridad y suspicacia, pero que aspira
a gobernar sin complejos. En realidad, el debate de los precandidatos me
recordó -de alguna manera-, los preparativos electorales de 2007 cuando se
derrotó la propuesta de reforma constitucional de Chávez, así como también la
contundente victoria en las elecciones parlamentarias de 2015 y las recientes
elecciones municipales del año 2021.
Y es que, en Venezuela hay una ciudadanía con un amplio
sentimiento libertario que subyace debajo de la presión autoritaria del régimen
pero que está esperando la oportunidad para manifestar y concretar sus
aspiraciones de cambio político y de rescate de la democracia venezolana. Ese
sentimiento se mostró hoy de nuevo con un mensaje directo de naturaleza
unitaria, democrática y popular. Y a ese sentimiento libertario y de cambio le
teme en demasía el bloque oficialista, pues intuye sus consecuencias.
Debo señalar que, no pude hacer un seguimiento completo de todas
las intervenciones del evento por la constante interrupción del servicio de
internet brindado por la compañía estatal encargada de ese negocio. Lo
reconozco. Caídas constantes, lentitud en la reposición de la señal fueron un
recordatorio del país donde vivimos todos y, que necesitamos cambiar. Sin
embargo, puedo destacar que los distintos precandidatos expresaron opiniones
relativamente coincidentes en casi todos los temas. Quizás algún candidato
quiso acentuar su posición y ser un tanto más radical que el resto, pero en
general el desarrollo de las intervenciones fue parejo si se quiere plano y sin
mayores sorpresas en el desempeño individual.
Extrañé referencias precisas en temas cruciales (para mí) como:
la descentralización, el rescate de los municipios y el fortalecimiento de las
comunidades y, de la llamada sociedad en general. En ocasiones, las
intervenciones de los candidatos fueron frases generales “políticamente
correctas” y aceptables pero, sin mayor concreción ni contenido prospectivo. Posiblemente
en lo anterior influyó la calidad de las preguntas preelaboradas, o tal vez, en
que aún predomina la visión tradicional de un discurso político que trata de
complacer a todos los públicos, lo cual puede ser válido. Aún queda un camino
por recorrer hasta el 22 de octubre y luego otro más largo aún, hasta las
elecciones de 2024. Por ende, los discursos y las propuestas de los hoy
precandidatos y del futuro candidato presidencial tendrá que mejorar; sin lugar
a dudas.
Pienso que la ausencia de Henrique Capriles fue notoria y,
aunque sea especulativo, su participación hubiera cambiado totalmente la
dinámica y el resultado del debate. Pero eso no ocurrió y ya, es un asunto del
pasado. En 2024, hay una oportunidad formidable para el cambio que tenemos que
aprovechar como pueblo y como nación. Votaré por el candidato o candidata unitario,
sea quien sea y, lo haré no sólo por convicción; sino también por disciplina. En
la política, las oportunidades de victoria no se deben desdeñar.
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