González Marregot lo considera una distopía, el PCV sostiene que no es socialismo y un abogado advierte que es inconstitucional
por Efecto Cocuyo | @efectococuyo13 diciembre,
2025 3:55 pm
«Tenemos que ser, a partir de hoy, (…) el Gobierno comunal de transición al socialismo con 5.336 salas de autogobierno comunal, vecinal y popular, ejerciendo acción diaria en todos los ámbitos de las políticas públicas, en todos los ámbitos de la necesidad de la sociedad venezolana», instó el líder chavista Nicolás Maduro el pasado 8 de diciembre durante una alocución oficial.
En términos
sencillos, el chavismo, que procura cada vez más control sobre el país, define
el gobierno comunal como el gobierno del pueblo empoderado al
que los gobernantes municipales, estadales y las instituciones, deben obedecer
para que se traduzca en una mejor calidad de vida de la población.En teoría, el
Ejecutivo también debería obedecer pero es el que baja líneas y financia.
Desde
la era de Hugo Chávez y su frase “comuna o nada”, señalan analistas
consultados por Efecto Cocuyo, se han realizado cambios en la legislación
venezolana dirigidas a implementar un modelo que no termina de cuajar, ambiguo
en su concepción y con intereses “dudosos” detrás de su
implementación.
Recuerdan
que ya se intentó modificar la Constitución para consagrar el modelo socialista
pregonado, pero el pueblo rechazó la propuesta en el referendo de 2007. Maduro,
destacan, parece reeditar el planteamiento según la coyuntura en la que se
encuentre. En las actuales tensiones con Estados Unidos, lo comunal se traduce,
según las voces consultadas, en mayor control sobre el territorio,
con el apoyo de las fuerzas de seguridad del Estado.
“Se
acabaron los gobiernos aéreos. Viene el Estado Comunal. Poder no
para que las oligarquías sigan mandando, sino para el pueblo, el poder de la educación,
social, cultural y de los fusiles con la Milicia y el poder militar, más de 6
millones de milicianos, pueblo empoderado y organizado para la defensa integral
de la patria”, reiteró Maduro este 10 de diciembre, al recibir a una marcha de
seguidores en el centro de Caracas.
Ambigüedad
“La
transición al socialismo y el propio socialismo constituyen una de las
principales quimeras ideológicas usualmente utilizadas por
aquellos sectores de izquierda marxista que detentan el poder político en algún
país. En el caso venezolano, a partir de 2006, con la propuesta del Estado comunal
y la fallida reforma constitucional se comenzó a anunciar la transición al
socialismo bolivariano para aquel entonces”, apuntó el especialista en Gerencia
Pública, Miguel González Marregot.
El 9
de abril del año 2006, el entonces presidente Chávez promulgó la primera Ley de
los Consejos Comunales con el fin, según dijo, “de impulsar el ejercicio
directo de la soberanía popular”. Durante su programa Aló Presidente recalcó
que los Consejos Comunales eran la herramienta fundamental “y de vanguardia” para
avanzar en la construcción del socialismo, porque representaban “la célula
fundamental de la democracia revolucionaria y verdadera”.
A la
fecha, el Ministerio de la Comuna reporta poco más de 49.000 Consejos Comunales
en todo el país. A estas figuras de organización comunitaria se sumaron otras
más territoriales: las comunas, que agrupan a varios Consejos Comunales, las
cuales comenzaron a ser fundadas por Chavez en 2008. Al año siguiente se creó
el Ministerio de las Comunas, del cual depende el registro y financiamiento de
los Consejos Comunales y las Comunas, lo que restó independencia a la
organización popular.
A la
fecha, según cifras oficiales, existen 3.643 comunas en todo el país y la meta
es 5.000 para 2026.
“En
2010 con el denominado paquete de leyes del poder comunal se continuó con esa
supuesta transición política e institucional. Después de la muerte de Chávez y
la llegada de Maduro al poder se inició otra etapa donde el llamado Poder
Popular -más ambiguo que el socialismo bolivariano -pasó a ser el norte de la
acción gubernamental. También en este caso hubo una narrativa transicional
hacia un nuevo modelo de organización social”, observó Marregot.
“Transición
eterna”
Lo que
ha seguido en la ruta del chavismo hacia el modelo que pregona, según el
experto en políticas públicas, es la reciente aparición de los circuitos
comunales -5.336 dice Maduro- que es una nueva forma de organización del
territorio con fines electorales. Comenzaron a implementarse luego de las
elecciones presidenciales de 2024 en las consultas populares de proyectos
comunitarios que Miraflores convoca ya de manera frecuente (se hicieron cuatro
en 2025) en todo el país.
Incluso
Maduro ha hablado de un nuevo sistema electoral basado en dichos circuitos. Al
respecto, expertos han alertado sobre la intención de centralizar las
elecciones del país a partir de la estructura de Estado comunal, lo que
derivará en menos transparencia de los procesos comiciales en el país.
González
Marregot destaca que en una especie de relanzamiento, tras los comicios
presidenciales, Maduro presenta a dichos circuitos como “el modelo ideal de
organización política para el país». Pero antes (2022) como indicativo de
fracaso, afirmó, el líder chavista pidió a la Asamblea Nacional reformar las
leyes del Poder Popular para hacerlas “más eficaces”, al eliminar las trabas
burocráticas. El Parlamento hizo cambios a las leyes de los Consejos Comunales,
Comunas, Poder Popular, Contraloría Social, entre otras.
Posteriormente
(finales de 2024), resaltó el experto, Maduro comenzó a hablar de una reforma
constitucional para implantar el Estado comunal y sus diversas
expresiones: bolivariano, socialista, popular.
“Por
lo tanto, la construcción de un gobierno comunal de transición al
socialismo suena a más de lo mismo. Eso mismo que ha padecido
nuestro país en los últimos 26 años y que ha fracasado dejando un alto costo
económico, político y social y a millones de venezolanos sin sus derechos.
Ciertamente, el socialismo vive en una eterna transición que favorece a unos
pocos, muy pocos, en realidad. Es decir, el socialismo es una distopía que se
justifica así mismo”, subrayó González Marregot.
“Maduro
no es socialista”
Neirlay
Andrade, integrante del Buró Político del Partido Comunista de Venezuela (PCV),
sostiene que el modelo que dice promover Miraflores no es socialista porque no
procura el bienestar de la población.
“Hay
que insistir en un punto clave: Maduro no es socialista. Utiliza
una retórica falsamente socialista, falsamente antiimperialista, para imponer
un proyecto a todas luces antiobrero y antipopular. El gobierno comunal del que
habla Maduro es una farsa. La mayoría del país está empobrecida mientras un
puñado de empresarios alineados a la cúpula del Psuv reportan crecimiento en
sus negocios”, fustigó Andrade.
La
tolda del gallo rojo que se separó del gobierno de Maduro, tras su reelección
en 2018, lo señala de aplicar una “receta neoliberal” en la que el
pueblo debe pagar la crisis y conformarse con “migajas”. Dicha postura le valió
al PCV una intervención judicial en 2023 y la pérdida de su tarjeta electoral,
controlada por autoridades impuestas.
Tras
los comicios presidenciales de 2024, en los que el Poder Electoral proclamó
ganador a Maduro sin pruebas que sustentaran el anuncio, el PCV señaló a Maduro
de imponerse a través “del terror y el control social», bajo la fachada
del poder popular, que no es otra cosa, apuntó Andrade, que la implementación
de mecanismos de cooptación y clientelismo que nada tienen que ver con
democracia ni socialismo.
“Transitar
hacia el socialismo significa, entre otras cosas, que la clase trabajadora
tiene un rol central, no solamente en la producción de la riqueza, sino en la
dirección de la producción. Es una burla que una administración que se ha
encargado de aniquilar los derechos laborales, que ha destruido el salario y
las pensiones, que secuestra dirigentes sindicales, diga que está transitando
hacia el socialismo”, rechazó la dirigente política.
Inconstitucional
El
Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), como lo ha destacado su
secretario general, Diosdado Cabello, actualmente se reorganiza y
redefine sus estructuras de base, basados en los circuitos comunales. El número
dos del chavismo ha admitido que ello se traduce en mayor control sobre el
territorio para su defensa frente a amenazas externas.
Recientemente,
se escogieron Comités Bolivarianos de Base Integral (de nueve personas) y
Comandos de Comunidades Bolivarianos Integrales (de once personas) para
sustituir a los jefes de calle, de comunidad y los Clap, por “direcciones
colectivas” en las comunidades.
Una
de las primeras tareas, según el propio Cabello, es levantar un registro de
militantes y simpatizantes del Psuv en los territorios, pero también de
opositores.
Un
abogado constitucionalista, que pidió la reserva de su nombre para esta nota,
coincidió en que el modelo de Maduro no se trata de socialismo, sino de
“marxismo leninismo” y que además es inconstitucional.
“Que
se hable de un gobierno comunal de transición al socialismo tiene dos lecturas:
una política y otra jurídica. La jurídica es que es
inconstitucional porque la Constitución no habla de socialismo, sino
de estado social de derecho. No hay elementos en la Carta Magna que abracen a
un gobierno socialista” , advirtió el jurista.
Sostuvo
además que Maduro no habla de socialismo democrático como ideología política
porque no pone acento en el bienestar social en la práctica, por vías
democráticas e institucionales como el Parlamento, sino que lo impone y la
población no tiene la capacidad de aceptar o no.
“Para
implementar ese modelo que es socialista en el discurso pero capitalista en lo
económico, Maduro deja de lado la Constitución y lo impone por la vía de hecho
no de derecho, es una frase (gobierno comunal socialista) abyecta. Tuvo la
oportunidad de hacer una nueva Constitución con la Asamblea Constituyente de
2017, pero lo dejaron pasar, ahora veremos si retoman la propuesta de reforma
que significaria el abismo para el país”, dijo el abogado.
Desde el punto de vista político,
considera que el énfasis de Miraflores en el Estado comunal en las últimas
semanas es una respuesta a la presión militar que está recibiendo por parte de
Estados Unidos. Uno de los principales obstáculos a las pretensiones del
chavismo-madurismo, subrayó, es que no cuenta con el apoyo de la
mayoría de los electores que se expresaron por un cambio político el
28 de julio de 2024, por lo que para sostenerse hace “uso ilegítimo de la
fuerza” contra la población.



