lunes, julio 31, 2017

VENEZUELA Y EL FRAUDE CONSTITUYENTE 2017



Ayer, 30 de julio 2017, el pueblo venezolano ofreció una lección de dignidad y firmeza democrática, con su masiva abstención al NO participar en el fraude electoral para “elegir” la asamblea constituyente convocada por el gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, y luego de una jornada signada por centros electorales solitarios y con saldo de 10 ciudadanos fallecidos por la violencia política oficialista, el Consejo Nacional Electoral (CNE), ya entrada la noche informó sobre una participación de 8.089.320 de votantes en el evento.
La asamblea nacional constituyente fue convocada por el presidente Maduro, a principios del mes de mayo de 2017, al margen del Texto Constitucional, que en su artículo 347, determina que corresponde al pueblo como depositario del poder constituyente originario convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. Las “bases comiciales” elaboradas por el Ejecutivo Nacional y entregadas al CNE incumplían preceptos constitucionales como la universalidad y la proporcionalidad del sufragio en el artículo 63 constitucional.
El proceso de elección de la asamblea constituyente se realizó con procedimientos de marcada opacidad, tales como: la eliminación de cuadernos electorales, la distribución territorial discrecional de centros electorales o la ausencia de contraloría ciudadana, el amedrentamiento de funcionarios públicos, entre otros. En la noche de ayer domingo, el rector Emilio Rondón, por medio de su cuenta twitter, @RondonCNE, comunicaba que: “Decidí no estar presente en divulgación de resultados por inconstitucionalidad del proceso...mi compromiso es con el cumplimiento de la CRBV”.
En el plano internacional entidades multilaterales y ya decenas de naciones de todo el mundo, han manifestado su rechazo y desconfianza sobre la elección de esta asamblea constituyente cuyas promesas fundamentales han sido en principio: encarcelar a los opositores, desconocer la Asamblea Nacional, “reestructurar” al Ministerio Público (Fiscalía General de la República), entre otras. El fraude constituyente podría acarrear sanciones económicas sobre el país, además de extender sanciones particulares a altos gubernamentales de la administración de Maduro.
El fraude constituyente de 2017, como parte de un golpe institucional, ha venido aderezado con otras acciones de represión política. La destitución inconstitucional por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de alcaldes electos -mediante el sufragio directo, universal y secreto- ha sido una de esas acciones. Así, tanto Gustavo Marcano, alcalde del municipio Urbaneja (estado Anzoátegui), como Alfredo Ramos, alcalde del municipio Iribarren (estado Lara), fueron destituidos de su cargos y también fueron sentenciados a 15 meses de prisión. Por lo menos otros 6 alcaldes electos en la plataforma de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se encuentran bajo la mira de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). A esa lista de perseguidos, hay que agregar a los 33 magistrados seleccionados por la Asamblea Nacional, el pasado 21 de julio de 2017, sobre los cuales que el mismo TSJ ha dictado sentencia.
Diputados, concejales, dirigentes sociales y comunitarios; y por supuesto, manifestantes también han sido víctimas de persecución y encarcelamiento oficial. Según, la ONG Foro Pena Venezolano hay en el país 431 detenidos políticos en distintas regiones y en franca situación de indefensión. Además, desde el comienzo de las protestas populares se cuentan de 121 fallecidos producto de la violencia política (según cifras del Ministerio Público), y con más  10 mil de heridos según fuentes extraoficiales. Cabe destacar, que todo ese intenso activar represivo se ha desplegado bajo la anuencia y la participación de fuerzas militares y de colectivos paramilitares.
En ese contexto, el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges aseguró hoy “que el Gobierno fue el gran derrotado este domingo 30 de julio y que el único ganador fue la determinación del pueblo venezolano al no ejercer su derecho al voto en las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)” (El Universal, 31-07-2017). Mientras, que la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, en rueda de prensa indicó Me dirijo al país en mi posición de fiscal general y miembro del Consejo Moral Republicano para desconocer los presuntos resultados de esa constituyente presidencial".
Las acciones que pueda tomar la nueva asamblea constituyente (por demás, írrita e ilegal) van a agudizar la crisis de gobernabilidad de Venezuela. Es muy probable que desde la ANC se desaten medidas de persecución y de represión contra los sectores democráticos. En tal sentido, la oposición venezolana debe mantener su unidad programática y operativa como único medio efectivo para revertir las consecuencias nefastas de las pretensiones totalitarias del régimen de Nicolás Maduro. La buena noticia en todo esto, es que la amplia mayoría del pueblo venezolano rechaza de manera abierta esas aspiraciones dictatoriales.  
@migonzalezm

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